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Cerocahui.— A tres años del asesinato de los padres jesuitas Joaquín Mora y Javier Campos en el poblado de Cerocahui, en la Sierra de Chihuahua, la comunidad y la iglesia siguen luchando por mantener viva su memoria y que la justicia llegue no sólo para ellos, sino para todos los desaparecidos y víctimas de homicidio en el país.
Ambos sacerdotes fueron asesinados el 20 de junio de 2022, junto al guía de turistas Pedro Palma, en el interior de la parroquia San Francisco Javier, a manos de José Noriel Portillo Gil, alias El Chueco, quien era el líder criminal de esa zona y resultó asesinado el 22 de marzo de 2023 en Sinaloa.
Javier El Pato Ávila, sacerdote jesuita en Chihuahua, cuenta en entrevista con EL UNIVERSAL que poco a poco se ha ido recuperando el pueblo rarámuri de la muerte de quienes, por años, fueron sus guías y mayor apoyo.
Ahora, en este tercer aniversario, realizarán las últimas acciones públicas para recordarlos y que su alma descanse conforme a las tradiciones de la cultura rarámuri.
“La comunidad se va recuperando, esta es la última reunión y la última memoria que se hace de los padres, porque se ha hecho de forma tradicional del pueblo rarámuri, que es que cuando muere una persona se le hacen tres fiestas para subir su alma al cielo y acompañarlo. Esta es la tercera y con este se cierra su ciclo”, detalla el sacerdote.
En ese sentido, asegura que, aunque se cierre el ciclo, hay quienes siguen y seguirán recordando a los padres Joaquín y Javier, ya que permanecieron en la Sierra Tarahumara por más de 30 años acompañando la lucha y las necesidades de esa región, en el municipio de Urique.
En cuanto a la justicia, expone que a tres años no se puede decir que haya llegado, ya que la lucha no sólo se debe centrar en el caso de los clérigos, sino también en todos los desaparecidos y muertos del país. “Hacemos la memoria de Javier y de Joaquín, pero se deben ampliar los reflectores a los cientos de muertos y desaparecidos que hay en el país, a ninguno de ellos se les ha hecho justicia y eso es en lo que nosotros nos deberíamos de enfocar”, señala a este diario.
Para recordar la memoria de los padres de la iglesia jesuita, la comunidad de Cerocahui realizó ayer una Caravana por La Paz que pasó por la zona conocida como Las Cruces, donde fueron encontrados los cuerpos sin vida de los padres y del guía de turistas. La caravana siguió por San Rafael, Bahuichivo y Paso de la Virgen hasta llegar a Cerocahui, en la Sierra de Chihuahua.
Además, hoy se realiza una misa y la apertura del oratorio in memoriam; finalmente, se realizará un repique de campanas. Con ello, el pueblo rarámuri seguirá recordando a los sacerdotes.
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“Nuestra solidaridad con la gente ha sido de siempre y así seguirá. Seguimos en Cerocahui (...) atendiendo a la comunidad, porque las necesidades no cambian en tres años, porque no se han atendido en años”, dice el sacerdote Javier Ávila.