Alpinistas mexicanos y de diversas regiones del mundo organizarán un festival en honor a Citla , perro guardían de la montaña , que murió el año pasado luego de años de cuidar el Pico de Orizaba .
El próximo sábado se recordará a Citla, quien vivía en la montaña y era considerado como uno de los mejores alpinistas de México .
El coordinador de la Asociación Civil Salvemos el Pico de Orizaba , Ricardo Rodríguez Demenegui , informó que en el homenaje participarán cientos de alpinistas de México y de otras partes del mundo , quienes convivieron con el perro .
"No ha habido un can tan especial, pues convirtió en su hábitat a la montaña y soportó temperaturas de menos cero grados centígrados ; recorrió miles de veces esa zona y fue muy querido por nacionales y extranjeros ", dijo.
Citla vivió durante años en el Pico de Orizaba, donde se refugiaba en la caseta de vigilancia en el Gran Telescopio Milimétrico, a 4 mil metros sobre el nivel del mar , en la Cueva del Muerto, a 4 mil 200 m , y en la parte alta de la montaña, a 4 mil 660 metros .
Su edad exacta se desconocía . La leyenda cuenta que un albañil contratado para construir parte del Gran Telescopio Milimétrico Alfonso Serrano, a un costado del Pico de Orizaba, llevó a Citla a la montaña para que le hiciera compañía .
Los relatos recuerdan que desde entonces el perro se "pegaba" al andar de los alpinistas , a quienes seguía en su viaje a la inmensidad de la zona , y así se convirtió en el guía de la montaña y en el ángel guardián de las personas que subían .
Los veterinarios que lo habían atendido descubrieron que poseía un corazón mayor al de cualquier perro y similar en tamaño al de un alpinista , que los cojines de sus patitas aumentaron de tamaño , y que además su pelo creció mucho más para soportar hasta temperaturas de menos 20 grados centígrados .
Citla murió el 28 de septiembre de 2017 debido a complicaciones por un tumor en el hígado que provocó retención de líquidos y un cuadro de anemia .
Sus restos se encuentran a 4 mil 100 metros sobre el nivel del mar , en la zona conocida como el Valle del Encuentro .
Rodríguez Demenegui mencionó que una perrita, hija de Citla , sigue los pasos de su madre, pues sube constantemente a la montaña , aunque no vive ahí ni tiene las condiciones que Citla poseía para enfrentarse a las dificultades de la zona del volcán .