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Chilpancingo.— Los trabajos de la Comisión para la Verdad y Acceso a la Justicia para el Caso Ayotzinapa y la Fiscalía General de la República (FGR) se intensificaron en Iguala: la tarde de ayer peritos federales catearon una casa en búsqueda de “inhumaciones clandestinas”, mientras que el miércoles los padres de los 43 normalistas desaparecidos entraron al 27 Batallón de Infantería.
Los peritos de la FGR, acompañados por policías federales, catearon una vivienda en la avenida Juárez, de la colonia Juan Álvarez, cerca de donde los jóvenes fueron atacados por policías municipales y presuntos integrantes del grupo criminal Guerreros Unidos la noche y madrugada del 26 y 27 de septiembre de 2014.
El domicilio se encuentra muy cerca al lavado de autos Los Peques, propiedad de los hermanos Víctor y Salvador Benítez Palacios, presuntos operadores de Guerreros Unidos.
Se informó que los peritos buscaban “inhumaciones clandestinas” dentro de esa vivienda. Sin embargo, hasta el cierre de esta edición no se había informado sobre los resultados de la diligencia.
Estas acciones fueron encabezadas por el subsecretario en Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación (Segob), Alejandro Encinas.
Además, el miércoles pasado, después de casi cinco años de exigencia, los padres de los 43 estudiantes, junto con sus abogados y representante de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), ingresaron a las instalaciones del 27 Batallón.
Desde 2014 las familias pedían que se indagara si el Ejército participó en el ataque. Esta ha sido una de las líneas de investigación menos exploradas por las autoridades, pese a la insistencia de los padres y organizaciones de derechos humanos nacionales e internacionales.