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Los más de 4 mil centroamericanos, quienes desde el pasado 19 de octubre avanzaban en caravana desde la frontera entre Guatemala y México rumbo a Estados Unidos, la mañana de ayer reiniciaron su marcha por Veracruz, “como les fue posible”.
El pasado viernes, los integrantes de ésta, la primera Caravana Migrante, llegaron al sur de Veracruz y el gobernador panista, Miguel Ángel Yunes Linares, les ofreció transporte hasta la capital del país. Sin embargo, por la noche, el mandatario estatal dijo que el ofrecimiento se retrasaría debido a la contingencia de agua que se vive en esta ciudad, situación que fue tomada por los caminantes como un desaire y decidieron buscar sus propios medios para seguir avanzando.
Desde el municipio de Sayula de Alemán (sur del estado), los hondureños, salvadoreños y guatemaltecos, se dispersaron hacia regiones como Ciudad Isla, Rodríguez Clara, Tierra Blanca, Córdoba e incluso algunos al puerto de Veracruz.
A bordo de camiones de transporte de carga, tráileres, autobuses y vehículos particulares fueron avanzando, algunos con sus hijos pequeños.
El delegado en Veracruz de la Secretaría de Gobernación, Alejandro Montano Guzmán, reveló que fue el gobierno federal quien pidió a Yunes Linares dar marcha atrás en su ofrecimiento de dar transportación gratuita hasta la Ciudad de México.
Expuso que debido a la escasez de agua se decidió dejar que la caravana siguiera a su ritmo. “Vieron la problemática y que era conveniente continuar con la caminata porque era contraproducente que llegaran a la CDMX porque no hay agua, no hay servicios sanitarios, sería complicado ahorita la situación allá”, explicó.
Se atrincheran. Unos 2 mil integrantes de la segunda caravana permanecieron varados sobre la carretera por más de tres horas.
Se detuvieron a un kilómetro de la garita del Instituto Nacional de Migración (INM), ante el temor de ser detenidos. Este grupo salió de Mapastepec hacia Pijijiapan, en Chiapas, pero, el INM instrumentó un operativo y aseguró a siete centroamericanos.
Cuando los dirigentes de la caravana se enteraron del incidente, decidieron esperar a las familias que se habían rezagado, en el punto conocido como El Manguito.
A partir de ahí, los integrantes del segunda contingente caminaron en un solo grupo hacia Pijijiapan, antes se detuvieron en la entrada a la garita, que estaba cerrada con cadenas y candados, sin presencia de agentes.
Después caminaron hacia Pijijiapan, en un trayecto de siete kilómetros. Algunos consiguieron aventones en vehículos particulares, de carga y pasaje. Al llegar a la cabecera municipal de Pijijiapan, los extranjeros se alojaron en el parque central y la parroquia de la localidad les ofreció arroz, frijoles, carne y tortillas.
En tanto, integrantes de la tercera caravana decidieron descansar en Metapa de Domínguez, Chiapas. Por la mañana, los salvadoreños tuvieron un altercado con los de Honduras, debido a que no se ponían de acuerdo en cómo debían avanzar.
Los migrantes aprovecharon para asearse y descansar para aguantar este domingo la caminata de unas 10 horas hacia Tapachula, con temperaturas de entre 35 y 38 grados.
Al lugar llegó personal de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) y del Alto Comisionado de las Naciones Unidas (ACNU) para vigilar que no se violen los derechos humanos de la población migrante.
Por la noche, 17 migrantes habían llegado al albergue instalado en la Ciudad de México, mientras que en el estado de Puebla se esperaba a unos mil 500, quienes serían alojados en las iglesias de La Asunción y San Juan de los Lagos, de la capital.