Oaxaca de Juárez.— Las huertas de mango se extienden a lo largo de uno de los caminos de San Pedro Tapanatepec, un municipio ubicado en la región del Istmo de Tehuantepec, . Y en ellas, decenas de trabajadores se afanan en la cosecha y en el llenado de cajas.

Algunas de las empacadoras también resaltan sobre el camino. En una de ellas, Hipólito López Sánchez, originario de San Pedro Tapanatepec, se concentra en la selección del producto de acuerdo con su calidad, después empaca y coloca en cajas que posteriormente son colocadas en un camión que las transportará a otros estados del país.

Hipólito tiene 50 años y desde los 14 ha trabajado en las huertas de mango.

“Desde que yo nací ya había mango”, dice, “pero ahora ha cambiado mucho, desde que existe la exportación, hace alrededor de 10 años que empezó”.

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Afirma que este año fue mucho mejor la producción que el anterior, cuando fue “muy escaso el mango”. La causa —explica— “los fríos” que a veces ocurren en la región.

Hipólito comenta que sus ingresos como empacador de mango sólo son para él y su esposa, y reconoce que con este trabajo logró que sus hijos estudiaran una carrera profesional; “ahora están en otro lado”.

Señala que en el mango hay años bajos y altos, como en todo, y “este año estuvo un poquito mejor que el año pasado. El año pasado estuvo muy escaso el mango”.

Oswaldo Tapia Espinosa, un joven dedicado a vender esta fruta a mercados de varios estados del país, como Jalisco, afirma que durante los últimos tres años sufre con mayor intensidad el impacto del cambio climático; lo que se suma a otros factores que han afectado a los productores históricamente, como la falta de mano de obra o la incapacidad financiera para aprovechar al máximo la producción, la existencia de los intermediarios, los impuestos y los aranceles en el mercado de exportación.

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El cambio climático, explica, se refleja en las temporadas de lluvias. Generalmente, se espera que llueva en septiembre y octubre, pero ahora se retrasan. También se observa en la temperatura, pues o hace demasiado frío o demasiado calor.

“Es un problema que todos los productores tienen ahorita, por lo que ahora hay que enfrentarse a nuevas tecnologías, nuevos implementos, analizar y pensar bien lo que se va a hacer por el costo beneficio. Porque a veces a una huerta le inviertes 10 mil, 20 mil o 30 mil pesos por hectárea, y los cambios en el clima hacen que no resulte”, explica.

Agrega: “Tienes un huerto lleno de flor que tú dices que va a pegar, y a la mera hora, a unos días de que esa flor ya va a ser fruto, llueve y te quedas en la calle. Aunque le inviertas y le quieras volver a invertir, estás tronado”.

Oaxaca es uno de los principales productores de mango del país. Según datos del gobierno del estado, genera más de 46 mil 300 hectáreas de esta fruta, principalmente en sus variedades tomy y ataulfo.

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Existen cerca de 25 mil hectáreas cultivadas, de las cuales 20 mil hectáreas se encuentran en los municipios de Chahuites, San Pedro Tapanatepec, Zanatepec y San Francisco Ixhuatán. De la producción, 90% se exporta, y el mercado principal es Estados Unidos.

De acuerdo con Oswaldo Tapia, la primera cosecha de esta fruta inicia en las costas de Chiapas, donde los árboles son un poco más altos; la segunda cosecha, es en Oaxaca, y la tercera, en Nayarit, pero para esta última, “las plazas ya están saturadas de mango. Por eso los precios de aquí son elevadísimos”.

En 2024, Sinaloa fue el estado con mayor producción, de acuerdo con la Coordinación Fitosanitaria de Empacadoras de Mango de Exportación. Para el ciclo 2024-2025, la producción en Oaxaca fue de 47 mil 210 toneladas, según la Secretaría de Fomento Agroalimentario y Desarrollo Rural del Gobierno del Estado.

Una amenaza

El Comité Nacional Sistema Producto Mango (Conaspromango) sostiene que el cambio climático ya es una amenaza para este fruto y otros cultivos en el país. Por un lado, están las prolongadas sequías, y por otro, las lluvias atípicas. Ambas no sólo causan problemas para garantizar la producción, también propician plagas y enfermedades en los árboles.

Trabajar en el corte de mango como en las empacadoras es “muy pesado, pero se gana dinero”, advierten los trabajadores agrícolas. Foto: Edwin Hernández / EL UNIVERSAL
Trabajar en el corte de mango como en las empacadoras es “muy pesado, pero se gana dinero”, advierten los trabajadores agrícolas. Foto: Edwin Hernández / EL UNIVERSAL

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“Pues mira, yo a mi forma de pensar, al cambio climático —yo creo— que nos tenemos que adaptar. El que no se adapte, pues va a tener que dejar de ser productor de mango. Porque hay gente que saca créditos anhelando tener una buena producción, y al final tienen buena floración, pero si llueve o viene una helada con los frentes fríos, truenan, se acaban, y quedan a deber. Y uno aquí, como acopiador, es muy difícil porque estos carros van fiados”, comenta Oswaldo.

Este año tocó demasiada lluvia en Oaxaca, lo que provocó que hubiera poca fruta en el inicio de la temporada; después, con las lluvias a destiempo, empezó a salir mucha fruta al final de la temporada, pero en un momento en que su precio se abarató por la producción en otros estados del centro y norte del país.

“Se atrasó y salió demasiada fruta cuando ya está barata, pero realmente es el cambio climático, te vuelvo a repetir, nos ha estado pegando año con año, año con año”.

Falta de mano de obra

Trabajar en el corte de mango como en las empacadoras es “muy pesado”, dice Hipólito López, “pero, pues se gana dinero”.

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Oswaldo Tapia asegura que es un trabajo bien pagado por la falta de mano de obra. A los empacadores, por ejemplo, se paga de 17 a 20 pesos por caja, y en promedio cada trabajador empaca entre 100 y 150 cajas diariamente, por lo que ganan entre 2 mil y 3 mil pesos diarios cada temporada; mientras que los cargadores ganan entre mil 500 a mil 800 pesos diarios.

“De hecho, a veces adelantamos hasta cuatro, cinco, tres veces a la semana. O sea, cada uno va saliendo con 17 mil a 20 mil pesos a la semana. Nada más que sí es pesado porque están todo el día parados y, pues el calor intenso de 38 grados es sofocante, imagínate aquí. Y ya no hay, ya se están acabando los cortadores de mango, ya no hay”.

Una de las razones, afirma, de la escasez de mano de obra es precisamente porque se trata de un trabajo que requiere mucho esfuerzo físico. Esto ha llevado a que las empacadoras intenten industrializar sus procesos, como el uso de palletes y patines hidráulicos con el objetivo de hacer la carga y descarga en los mercados de abasto más rápido. Por eso es que también se ha subido el sueldo, porque ya las personas no quieren realizar este trabajo.

En estas condiciones, una caja de mango ataulfo producido en Oaxaca, ya con el proceso de corte, empaque, caja, tapa, mano de obra y flete, cuesta hasta mil 800 pesos en los mercados de Guadalajara, Jalisco.

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“Cuando realmente hay buena producción y o sobreproducción anda entre 400 y 500 pesos la caja”, apunta Oswaldo Tapia.

Entre 2023 y 2024, los migrantes que procedían de países de Centroamérica y Sudamérica fueron una gran fuente de mano de obra para los productores y empacadores de mango. Y según Tapia, era mano de obra sobrecalificada: había pintores, profesionistas, mecánicos, albañiles, electricistas.

“Los migrantes cuando vinieron a San Pedro Tapanatepec, pues nos ayudaron un montón. Porque esa gente venía a trabajar. Y el año pasado no sufrimos tanto de gente ni el antepasado. Este año ya se fueron, y algunos se quedaron a vivir y en la temporada trabajan en la cosecha”.

Los intermediarios

Otro de los problemas que enfrentan en Oaxaca, y el cual no han podido erradicar, son los intermediarios que aprovechan las dificultades financieras de los productores para vender directamente el mango a los mercados.

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Algunos compran cada caja de fruta entre 20 y 30 pesos, lo que a veces ni alcanza para recuperar la inversión realizada.

“Se pone un intermediario en una calle comprando mango y les tira de 20 a 30 pesos por caja, porque ellos —a su consideración— pierden tiempo, flete, cargada y descarga, además del riesgo de que la empresa no les pague. Y el intermediario te paga de contado, más barato, pero de contado (…) Le llaman coyote, yo creo que en todo el sistema, en la ganadería, en la pesca, en la agricultura, donde quiera; pero sinceramente, tú vas a un acopio y ellos te pagan de contado”, dice Oswaldo Tapia.

Los coyotes, menciona, también ofrecen otras ventajas como el acopio, el empaque y la carga, ellos la absorben.

La primera cosecha de mango inicia en las costas de Chiapas, donde los árboles son un poco más altos; la segunda en Oaxaca y la tercera en Nayarit. Foto: Edwin Hernández / EL UNIVERSAL
La primera cosecha de mango inicia en las costas de Chiapas, donde los árboles son un poco más altos; la segunda en Oaxaca y la tercera en Nayarit. Foto: Edwin Hernández / EL UNIVERSAL
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