Chihuahua.— “Siempre amó al prójimo, ayudaba a todos, familiares y amigos; apoyaba a la asociación civil Cedre y al Movimiento Familiar Católico; en Navidad compraba regalos para los niños de los orfanatos”. A unos días del asesinato de cinco integrantes de una familia, sus allegados rompieron el silencio y así recordaron a Daniela, una de las jóvenes que murió esa noche, presuntamente a manos de un enfermero del IMSS.
En la oscuridad de la noche del 30 de junio, en un domicilio del fraccionamiento Lomas Universidad, los Romero fueron asesinados.
La familia habían pagado medio millón de pesos para conseguir un riñón que pudiera salvarle la vida a don Daniel, el abuelo. Jorge Alberto “N”, enfermero del Seguro Social, y un médico no identificado les habían ofrecido “acelerar” la intervención y saltar varios lugares en la lista de espera por el órgano.
Esa noche murieron a tiros Daniel Gregorio Romero Vega, de 65 años; Rita Armendáriz Barraza, de 62; sus hijas Daniela Romero Armendáriz, de 36, y María Romero Armendáriz, 32, así como su esposo Ricardo Chávez Pérez, de 32 años.
“Eran una familia trabajadora, Rita y Daniel dieron todo para sacar adelante a sus hijos. Ambos originarios de ranchos de Parral, vinieron a Chihuahua y vieron crecer sus tres hijas. Para sacarlas adelante el señor Romero tenía que laborar en dos trabajos, uno en la Junta Municipal de Agua y Saneamiento y otro en una maquiladora; además la señora Rita vendía varias cosas. Las pequeñas lograron ser profesionistas”, recordaron familiares.
Según la fiscalía, esa noche la familia citó al enfermero para exigirle la devolución del dinero, pues se lo entregaron meses atrás y no habían tenido noticias del trasplante. Sin embargo, una discusión terminó en tragedia, un intento por salvar la vida en muerte.