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Ciudad Juárez.— El gobierno de Chihuahua y los gobiernos de municipios fronterizos señalan que no cuentan con recursos ni estrategias para hacer frente a los posibles efectos de las deportaciones anunciadas por el presidente Donald Trump. Aunque señalan que existe coordinación con el gobierno federal, los protocolos de atención a repatriados son los mismos desde 2014.
El gobierno anunció que consulados y sedes diplomáticas de México en Estados Unidos podrán hacer uso del fondo de contingencia, si se concretan las repatriaciones masivas; no obstante, el gobierno de Chihuahua y los municipios fronterizos permanecen expectantes de los preparativos que, se ha dicho, se gestan en el centro del país.
Actualmente, el Instituto Nacional de Migración en Juárez, en conjunto con el gobierno municipal, atiende a los connacionales deportados a través de los lineamientos y protocolos que marca la estrategia Somos Mexicanos, de 2014, y que consiste básicamente en registrar, ofrecer servicios de alimentación, salud y documentos a quienes regresan a México deportados.
Ante el posible aumento de repatriados por esta ciudad fronteriza, el alcalde Armando Cabada Alvídrez señaló que es injusto que la carga de repatriaciones se concentre en tres ciudades fronterizas, una de ellas Ciudad Juárez.
Cabada expresó que, por razones humanitarias, el municipio no se negará a recibir a los connacionales que Estados Unidos decida deportar, aunque señaló que esto podría agravar la crisis migratoria que sufre el municipio ante los retornados, quienes ya suman 9 mil personas.
Por su parte, el titular del Consejo Estatal de Población aseguró que tanto el estado como el municipio mantienen comunicación permanente con las autoridades federales, toda vez que el aumento de deportados puede darse de un momento a otro.