Chilpancingo.— La Feria de San Mateo, Navidad y Año Nuevo de Chilpancingo —considerada la más antigua del país— cumple 200 años este 2025, pero su celebración está en duda. Por una parte, el recinto ferial es una obra inconclusa; pero lo que más pesa es la incertidumbre: ninguna autoridad se atreve a garantizar la seguridad.
La feria debe iniciar el 21 de diciembre con el Paseo del Pendón, un recorrido que incluye danzas provenientes de todas las regiones del estado; sin embargo, la incertidumbre va en aumento.
Ante las amenazas de grupos criminales, organizaciones culturales y empresariales han llamado a las autoridades a suspender el festejo. Incluso, el alcalde Gustavo Alarcón Herrera (PRI) ya pidió al gobierno federal que refuerce de la seguridad en la capital.
El recinto ferial
El primer problema para la celebración de los 200 años de la feria es que su sede no está lista. En abril de 2022 el gobierno estatal y el entonces titular de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu), Román Meyer, colocaron la primera piedra de la remodelación del recinto ferial; se anunció un cambio radical, sin precedentes.
La obra fue presupuestada con 269 millones de pesos. En septiembre pasado se anunció un incremento presupuestal de 98 millones y se prometió que estaría lista el 6 de diciembre. Hasta ayer el proyecto registraba 80% de avance.
El ayuntamiento optó por dividir la feria: en el Zócalo estará el Teatro del Pueblo, donde se realizarán eventos culturales; en un terreno baldío, en el sur de la ciudad, serán instalados los juegos mecánicos.
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El miedo ronda
Este año, de acuerdo con el ayuntamiento, se prohibirá la instalación de cantinas, la venta de alcohol, así como conciertos de música que hagan apología del delito. También se suspendió el tradicional certamen Flor de Nochebuena, donde se elige a la reina de la feria.
Desde hace casi dos décadas, las cantinas son uno de los principales atractivos de la feria, por lo menos en dos sentidos: atraen a cientos de jóvenes y ventas, pero también las cantinas atraen al crimen organizado: desde hace años impone cuotas y hasta la venta de drogas.
El principal obstáculo parece ser la falta de garantías. Hace un año, la noche del 24 de diciembre, fue asesinado el presidente del Patronato de la Feria, Martín Roberto Ramírez Ruiz, en la plazoleta del barrio de San Mateo justo antes de iniciar uno de los recorridos más significativos de la celebración: el Teopancalaquis.

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El temor está presente y los hechos lo atizan. La mañana del 27 de noviembre, en distintos puntos de la ciudad fueron colocadas lonas donde una presunta organización criminal pide a la población no asistir al Pendón ni a la feria; también exigió a los comerciantes que no instalen sus puestos.
“Se les quemará todo”, advirtieron los criminales en su mensaje. Agregaron que la feria sólo es para “juntarle” dinero a Los Ardillos.
Ante esta amenaza, la asociación civil Tradiciones de Chilpancingo y el Grupo Alducin México pidieron a los coordinadores de los grupos de danzantes que no participen en el Pendón ni en la feria.
“No se atrevan a asistir y no expongan a los jóvenes, la feria está condenada a la violencia… Queremos decirles que piensen tantito en sus jóvenes ya que nadie se hará cargo de ellos. Los gobiernos, como irán al frente, llevarán toda su comitiva y su seguridad y no verán lo que esté a punto de pasar”, expusieron en un comunicado.
El dirigente de la Cámara Nacional de Comercio (Canaco) en Chilpancingo, Pioquinto Damián Huato, también pidió la cancelación de la feria por la falta de seguridad.
“Hace un año tuvimos una desgracia enorme, con el asesinato del presidente de la feria; por eso digo que, si no hay condiciones para llevar a cabo los festejos del Paseo del Pendón y de toda esta tradición que tenemos, mi opinión es que se debe de suspender, porque no tiene ningún caso que se exponga a las familias de Chilpancingo”, expuso.
En este contexto, el alcalde publicó un oficio en el que pide al secretario de Seguridad Pública federal, Omar García Harfuch, que se refuerce la seguridad en la capital de Guerrero. Esa fue la tercera vez que el edil pide ayuda a la Federación.
“Desde hace meses Chilpancingo vive una situación complicada de seguridad. No se trata de una fecha o de un evento: se trata de la vida diaria en las colonias, de la sierra y comunidades. Necesitamos la presencia federal real, visible y sostenida para que vuelva la tranquilidad en el municipio”, pidió el alcalde.
El 29 de noviembre, Alarcón Herrera dijo que García Harfuch no había respondido a la petición y se negó a confirmar si habrá feria. Quien sí le respondió fue el gobierno del estado, lo acusó de participar en apenas dos sesiones de la Mesa de Coordinación por la Paz y que nunca solicitó la ayuda por escrito.
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