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Alondra de la Parra
regaló una batuta a la pequeña Oxana Thailí y la invitó a seguir en el mundo de la música con la misma actitud alegre y divertida, que se le ha visto al dirigir la orquesta infantil del jardín de niños, “Horacio Terán” en Ciudad Victoria, Tamaulipas.
La pequeña Oxana , su madre Aidé Esquivel y su maestro de música, Abraham Gómez Quintana , fueron invitados especiales de Alondra de la Parra, para que disfrutaran el concierto “Travieso Carmesí” que al frente de la Orquesta Sinfónica de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL) ofreció el viernes por la noche en Monterrey.
“Alondrita de la Parra”
, como muchos conocen a la niña de seis años, dijo al final del programa artístico -ya casi a las doce de la noche-, que en otro día cualquiera a esa hora ya hubiera estado dormida.
Hoy sin embargo, Oxana Thaelí no tenía sueño, y disfrutó tal vez como nadie todo el concierto de “Travieso Carmesí” bajo la guía orquestal de Alondra de la Parra, que incluye temas de Armando Manzanero, Agustín Lara, María Grever, Alfonso Esparza Oteo y José Alfredo Jiménez , entre otros populares compositores mexicanos, en las voces de Leonel García y Dennise Gutiérrez .
Al final del concierto, la niña y sus acompañantes fueron conducidos al camerino de Alondra de la Parra, donde permanecieron por cerca de 20 minutos, y luego ofrecieron una breve entrevista donde dieron detalles del encuentro.
Oxana se mostraba feliz por haber disfrutado el concierto, y comentó que no quería que se terminara “porque siempre toca bien bonito” y, algún día, le gustaría ser como ella. Por lo pronto, comentó, le gusta dirigir la orquesta infantil en el jardín de niños “Horacio Terán” porque “es bien divertido”.
Y mostró orgullosa la batuta que le regaló Alondra de la Parra y, al principio tímida después con más seguridad, realizó movimientos como si estuviera al frente de la orquesta infantil que la dio a conocer viralmente en las redes sociales, y fue la causa que hoy estuviera como invitada especial.
Finalmente reveló que Alondra de la Parra le preguntó si se podía tomar una foto con ella, la motivó a seguir en la música y le preguntó si quería una batuta, la cual aceptó.
Durante el concierto, la niña aplaudía, se ponía de pie, y brincaba de gusto al escuchar la orquesta y observar la conducción de su artista favorita, de quien busca seguir sus pasos.
