Hermosillo.— Alejandra Guadalupe, día a día ofrece una lección de vida. En junio de 2009 sufrió quemaduras de tercer grado en 80% de su cuerpo y la amputación de siete dedos de sus manitas, entonces tenía tres años. Hoy es una adolescente de 12 años y, aunque la mayor parte de su vida la ha pasado en hospitales, asegura que todo la hace feliz.

“Alejandra ha sido sometida a tantas operaciones ya perdimos la cuenta de cuántas son”, coinciden su madre Olga Lidia Ochoa Barreras y su padre Heraclio Esquer. Apenas, el 23 de marzo pasado, le injertaron siete áreas de su cuerpo que la hicieron volver a usar los trajes de presión para que no se le levanten cicatrices, detallaron.

Alejandra, orgullosa de su cabello y sus libros
Alejandra, orgullosa de su cabello y sus libros

Añade que después de ser intervenida en el Hospital Shriners de Sacramento, California, pasó 40 días difíciles de convalecencia y ahora está recuperando el tiempo en su escuela, puesto que en más de un mes tendrá su graduación de primaria.

Sus días pasan entre escuela y terapias; en Hermosillo hace calor de más de 40 grados, por esa razón ha tenido que suspender su rutina de patinaje, porque le hace daño sudar, así como sus clases de natación, porque las piscinas contienen gran cantidad de cloro y su piel se encuentra sensible por los injertos recientes.

Ese tiempo ahora lo dedica a leer, a su edad tiene conocimiento de literatura; su género favorito son las novelas y los cuentos en inglés, platica la madre.

Por su parte, Alejandra comenta que se encuentra muy contenta porque en un hospital de Phoenix, Arizona, le están “sembrando” cabello y le ha crecido bastante. Señala que ya la han operado en dos ocasiones y en agosto la valorarán para determinar si le realizarán la tercera intervención.

En entrevista con EL UNIVERSAL, orgullosa muestra su cabellera a media espalda, pero quiere cortársela para que le crezca ondulado y sería muy bueno lucirlo en su fiesta de XV años.

Madre y maestra, enfrenta tragedia y proceso. Olga Lidia, madre de Alejandra, era maestra de la estancia infantil ABC. Cuando ocurrió el accidente también sufrió quemaduras, incluso estuvo en coma en un hospital de Guadalajara; no obstante, enfrenta un proceso penal como presunta responsable de salir corriendo y abandonar a los niños en el incendio.

“Yo nunca los abandoné, desperté y saque a varios niños hasta que quedé inconsciente, estuve internada mientras mi hija se debatía en la vida y la muerte”, recuerda.

La resolución que emitió un juez en 2015 es injusta, “yo estaba en Sacramento donde estaban interviniendo a mi hija, la más afectada en el incendio de la guardería cuando recibí la noticia, tuve que solicitar un amparo para que no me detuvieran al regreso en el aeropuerto de Hermosillo”.

Comenta que esa resolución judicial salió porque un grupo de padres demandaron al personal de la guardería, pero no todos actuaron igual, en su caso, resultó con quemaduras en 20% de su cuerpo y su hija con más de 80% de quemaduras de tercer grado.

“Hay mucho dolor de los padres, también soy madre y tengo dolor”. El caso sigue, todo puede suceder, estamos a la espera de lo que pase, sólo espero que sean justos, expresa. “Que más diera uno que no hubiera pasado nada, que no estuvieran lesionados y que no se hubiera quemado mi niña”.

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