Más Información
Inai colaborará con investigación por presunta extorsión con boletos del mundial; pide que se llegue hasta las últimas consecuencias
No hay irregularidades en la administración de Ana Guevara, afirma Rommel Pacheco; “nada que llame la atención”, explica
Principales aranceles a México se decidirán en abril, dice nominado a secretario de Comercio de EU; analizan 2 tipos de tarifas
México preparado para todo, no habrá sorpresas: Ebrard; el 1 de febrero “será un sábado cualquiera”, prevén empresarios de EU
Salvador Landeros renuncia a la Agencia Espacial Mexicana; Gobierno no le ha dado la “importancia que merece”, acusa
Naucalpan.— Las piernas de Ben se doblaron y se desvaneció luego de hacer fila entre miles de migrantes, en su mayoría haitianos, venezolanos y cubanos que buscan quedarse en México y llegan a la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar) en San Luis Tlatilco, Estado de México.
“Ya somos más de 3 mil los que llegamos a tramitar un documento de asilo [desde la semana pasada]. Queríamos llegar a Estados Unidos, pero con el cierre de las fronteras ahora queremos quedarnos en México”, dijo Víctor Sifontes Avilés, de Venezuela, quien es ingeniero petrolero y quiere trabajar en territorio mexicano, pues no planea regresar a su país.
En torno a las oficinas de la Comar, miles de personas hacen fila y se agrupan por nacionalidad. Cientos de haitianos forman una compacta fila, pegados cuerpo a cuerpo, con expresión casi de enojo y angustia, para evitar perder su lugar o que alguien intente meterse.
Algunos dicen que están en la fila desde la noche del domingo, pues sólo se atienden a 157 personas al día.
Ben, un joven haitiano, no aguantó el estrés de las filas. A medio camino cayó al piso por un desmayo.
Los cubanos, en otro tramo de la fila, lucen optimistas y hasta sonrientes con la esperanza de que podrán realizar el trámite de refugiados para quedarse a vivir en México.
Entre ellos, tomadas de la mano están Yanieska y Yanexy, una pareja de cubanas que llegó a México el 10 de noviembre con la intención de ir a Estados Unidos, pero tras el cierre de la frontera planean casarse y permancer en México.
“En Cuba no es legal nuestra unión y nuestro amor”, explican las mujeres, quienes tras varias horas en fila recibieron la confirmación de que su cita en la Comar será el 5 de febrero.
Los venezolanos, quienes también son cientos y quizá miles, asumieron la organización para evitar disturbios y obtener los turnos.
Hasta el lunes 27 de enero, la lista de migrantes que esperan ser atendidos supera los 3 mil y “va en aumento”, calculó Víctor al señalar una segunda fila de cientos de personas, “que apenas llegaron hoy por primera vez y obtuvieron fichas para el 19 de febrero”.