Monterrey.— Habitantes de algunas áreas del poniente de la Zona Metropolitana de Monterrey enfrentan serios problemas en el suministro de agua potable, con cortes de hasta tres días.
La situación, ya de por sí complicada, podría ponerse crítica en cuestión de semanas en sectores todavía más amplios del área metropolitana. De acuerdo con Juan Ignacio Barragán, director de la empresa estatal Servicios de Agua y Drenaje de Monterrey —responsable del suministro en todo el estado—, el 23 de febrero el nivel de las presas La Boca y Cerro Prieto estaba en 20.09% y 9.2% de almacenamiento, respectivamente, y sólo podían suministrar el recurso por 17 y 42 días más, es decir, hasta el 12 de marzo y el 6 de abril, respectivamente, en caso de no registrarse lluvias importantes en ese lapso, lo que no está previsto.
Si se llegan a secar ambos embalses, la presa El Cuchillo, ubicada en el municipio de China, sería el único punto de abasto de agua para Monterrey.
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Sin embargo, El Cuchillo, que se encuentra a 53% de su capacidad —suficiente para dotar a la zona conurbada de 5 mil litros por segundo durante dos años—, no está en condiciones de cubrir el déficit de 3 mil 975 litros que, de acuerdo con Agua y Drenaje, registraría la zona metropolitana al secarse La Boca, de la que se extraen mil 891 litros por segundo, y Cerro Prieto, que abastece 2 mil 84 litros por segundo, pues únicamente hay un acueducto que puede transportar desde el embalse de China un máximo de 5 mil litros por segundo, que hoy se usa a todo su potencial.
Con el suministro de otras fuentes —principalmente pozos ubicados en Mina y La Huasteca, un manantial de La Estanzuela y tres túneles de la Cola de Caballo, además de las tres presas mencionadas—, la población metropolitana recibe 15 mil 389 litros por segundo, según la empresa administradora del recurso.
Medidas a tomar
Para enfrentar la crisis hídrica, que se avizoraba desde mediados de 2021, el gobernador Samuel García emitió el 3 de febrero una declaratoria de emergencia por sequía extrema, al tiempo que anunció una serie de medidas que incluyen la perforación de 50 pozos someros y seis profundos, la rehabilitación de otros 30, la entrada en operación de 22 que se hicieron en la zona de la Gran Plaza y, con la reparación de fugas, además de la “cesión” de la iniciativa privada de sus excedentes de siete pozos, aumentaría el suministro a 3 mil 34 litros por segundo.
Asimismo, se lanzó una campaña por “el uso racional” que, según las autoridades, no ha tenido la respuesta esperada, pues la gente sigue gastando más agua de la necesaria.
El gobernador afirma que “100 litros diarios por persona” son suficientes, según la Organización Mundial de la Salud, pero en San Pedro (el municipio más rico del país) se consumen 301 litros, y en Monterrey, 177; el promedio estatal es de 165 litros diarios.
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La propuesta
El 16 de febrero, ante sus homólogos de Tamaulipas y Coahuila, Samuel García lanzó una propuesta para resolver el problema del agua de manera regional, reviviendo un proyecto que intentó concretar el exgobernador Rodrigo Medina, a fin de extraer hasta 15 metros cúbicos por segundo del río Pánuco, lo cual fue rechazado por empresarios tamaulipecos y el gobernador de San Luis Potosí, Ricardo Gallardo.
Por su parte, investigadores y ambientalistas han cuestionado la forma en que se aborda este problema. El biólogo Antonio Hernández, quien ha seguido el tema del agua desde hace años, critica que el gobierno estatal enfoca en los usuarios domésticos la responsabilidad de racionar el consumo, sin considerar a los sectores industrial y agrícola, que explotan “volúmenes astronómicos” y mantendrían su gasto pese a la crisis.
También se acusa que las autoridades se hacen de la “vista gorda” ante tomas o pozos clandestinos y supuestos desvíos del agua de los ríos que alimentan las presas, para usarla en terrenos agrícolas o ganaderos.
Los más afectados
Una vecina de Villas de Alcali segundo sector, en el municipio de García, dice que su servicio es “relativamente normal” porque sábados y domingos llega el agua con baja presión, pero de lunes a viernes hay “cortes” a lo largo del día, cuando más la necesitan.
Relata que el agua llega cuando están dormidos, a las tres, cuatro de la mañana, y para las ocho o nueve ya no tienen porque la mayoría aprovecha para guardar en tambos o botes, a fin de tener para lavar los trastos, cocinar, bañarse y lavar la ropa. Para echarle al baño y trapear, usan el agua sucia que reciclan de la lavadora.
Los que no alcanzaron a guardar agua deben hacer fila en un “kiosco” donde pueden llenar un garrafón de 20 litros por 14 pesos, y a veces ni ahí encuentran porque se agota, y entonces deben comprar agua purificada en alguna tienda, donde un botellón cuesta de 36 a 40 pesos.