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Lerdo.— Una joven de 20 años denunció ante la vicefiscalía de Lerdo, Durango, al hermano lasallista Alejandro “N”, con lo que suman tres demandas en su contra. El religioso presuntamente cometió abusos sexuales en contra de al menos seis mujeres cuando era director del Voluntariado en la comunidad de El Salto de esta entidad,
En esta ocasión, decidió proceder legalmente Cecilia Guadalupe Valdés, voluntaria de la generación 22 (2016-2017) que había egresado de la Preparatoria La Salle de Saltillo, Coahuila. El testimonio de la joven fue uno de los seis que EL UNIVERSAL dio a conocer el 3 de diciembre, al exponer el caso de Alejandro “N”.
Cecilia Guadalupe contó que en un inicio tenía miedo. Sin embargo, un día se encontró con una cruz de misiones mientras limpiaba su habitación y fue entonces que recordó los valores lasallistas: “fe, fraternidad, compromiso, servicio y justicia”.
“Me están diciendo lo que tengo que hacer. Todas esas cosas como que se enlazan y me llevan a buscar la justicia. Es lo que está bien, es lo importante”, comentó la joven. La primera querella fue interpuesta por Sofía Vázquez el 8 de octubre, se sumó Ana Lucía Sandoval, voluntaria de Monterrey, quien presentó su denuncia el 11 de diciembre.
Los abusos. Durante el voluntariado, Cecilia explicó que en dos ocasiones padeció una especie de parálisis, lo que el hermano aprovechó para orillarla a quedarse en ropa interior y frotarle alcohol por todo el cuerpo sin su consentimiento.
En otro momento, cuando la joven presentaba cólicos, el lasallista calentó arroz en una bolsa y levantó su blusa para colocarla. La apretó tanto que la quemó e insistió en ponerle pomada. Alejandro bajó su mano. Cecilia trató de pararlo, pero el religioso metió su mano debajo de su ropa interior y le tocó la vagina. “Qué le pasa”, reclamó, y lo quitó.
El hermano intentaría manosearla otra vez. En una misión, ya dormidos, Alejandro “N” jaló la bolsa de dormir de Guadalupe e intentó tocarla. “Lo empujé con una patada, le grité ‘entienda que no quiero’. Después ya no lo volvió a intentar”.
Según las autoridades de Durango, las denuncias se mantienen en fase de investigación, en tanto el abogado de las víctimas, Carlos Prado, destacó que la fiscalía se ha mostrado receptiva y ágil en el proceso. Sin embargo, dijo, no ocurre de la misma forma con la congregación.
“Hubo un acercamiento la semana pasada. La persona que se presenta dijo venir por una cuestión de personal de apoyo. Lo ideal sería que la congregación pudiera aportar más elementos para ayudarnos a fincar la responsabilidad”.