La bacteria Acinetobacter baumannii, que ya ha costado la vida a al menos seis personas en Tabasco y Tamaulipas, reside en los hospitales de todo el mundo y a lo largo de los años se ha convertido en un problema de salud pública debido a su alta resistencia a los antibióticos y a lo difícil que es para eliminar.
En entrevista con EL UNIVERSAL, el infectólogo e internista, Jezer Lezama Mora, comentó que esta bacteria es considerada “panresistente”, ya que sobrevive a los nueve grupos existentes de antimicrobianos con los que se combaten las bacterias, y también a las medidas de sanitización, por lo que es difícil de erradicarla tanto de personas como del entorno.
“Ya no hay formas de tratarlo, solamente con antibióticos muy tóxicos y agresivos que ponen en peligro a la persona [que está infectada] ya que pueden desarrollar complicaciones renales y otros padecimientos, haciéndolos susceptibles a más enfermedades y aumentando la mortalidad”, explicó el médico.
Lezama Mora destacó que esta bacteria antes no se consideraba un peligro, pero el uso excesivo de antobióticos y la automedicación han hecho que este tipo de organismo encabecen las listas de infecciones en hospitales.
El especialista señaló que las unidades de cuidados intensivos son las más propensas a infección porque es donde hay más pacientes graves, con sistemas inmunes comprometidos.
Resaltó que las personas que ya cuentan con una enfermedad “base”, como diabetes, cáncer, VIH, entre otras, son las más susceptibles a morir a causa de una infección por la bacteria Acinetobacter baumannii.
Indicó que cada hospital tiene un programa de vigiliancia epidemiológica, “todos los hospitales saben con cuánta frecuencia esta bacteria existe, es un problema que tienen todos los hospitales del mundo, cada uno debe vigilar qué bacterias prevalecen en él”.
Comentó que la causa de los brotes de infección por este organismo se dan por no seguir las medidas de higiene.
Lezama Mora explicó que “cuando una sala está contaminada se sanitiza y se esteriliza con antisépticos, aunque la Acinetobacter baumannii es una de las más difíciles de remover ya que es resistente al alcohol y al cloro”.
Dijo que “la mortalidad por la bacteria es variable, depende de cada persona, aunque está entre 30% y 70%. Es por eso que se debe ser más riguroso en las medidas de protección”.