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A pesar de que 58 municipios de la Sierra Norte de Oaxaca fueron declarados en desastre natural debido a los sismos y lluvias del año pasado, autoridades de comunidades mixes informaron que el censo de viviendas afectadas no se ha llevado a cabo por parte de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu), a casi cinco meses de la devastación.
Ninguna instancia oficial ha dado a conocer datos exactos de la magnitud de las afectaciones, tampoco han llegado a la zona los apoyos del Fondo de Desastres Naturales (Fonden), pese a que cientos de familia perdieron sus viviendas.
La falta de ayuda gubernamental tras los terremotos empeoró las carencias que ya hacían mella en las localidades por la falta de recursos y porque la agricultura —su principal actividad económica— está detenida debido a plagas en el café, descensos de temperatura, lluvias y caminos dañados, entre otros males.
Fue en ese contexto que el 1 de enero pasado se dio el relevo de autoridades en las comunidades regidas por Sistemas Normativos Internos (usos y costumbres). Las nuevas autoridades señalaron a EL UNIVERSAL que desconocían que sus municipios fueron declarados zona de desastre natural por el gobierno federal tras los sismos, lo que les da derecho de acceder a los recursos del Fondo de Desastres Naturales (Fonden), de verificarse los daños.
Han pasado casi cinco meses del terremoto del 7 de septiembre y los habitantes de San Miguel Quetzaltepec, Santa María Alotepec y Totontepec Villa de Morelos no han escuchado nada de la reconstrucción. En estos municipios, todos pertenecientes a la etnia mixe, autoridades y pobladores aseguran que no han recibido siquiera información sobre apoyos provenientes de los gobiernos federal y estatal; lo único que han obtenido, afirman, son despensas de particulares.
Esta desolación se repite en San Juan Bosco Chuxnaban, una de las seis agencias del municipio de San Miguel Quetzaltepec. La comunidad tiene unos mil 20 habitantes, quienes se dedicaban a la producción de café. De ellos, unas 200 familias sufrieron daños en sus casas y, ante su pobreza, aún no han podido repararlas.
Aunque las afectaciones están a la vista, aquí la población ignora que la Sedatu debió llevar a cabo un censo en todas las zonas afectadas por los sismos del 7 y 19 de septiembre. Y ni pensar en acudir a la capital a pedir información, pues aseguran que no cuentan con el dinero para el viaje.
“Nosotros no hemos recibido ningún apoyo, tampoco tenemos suficientes recursos para ir o hacer gestiones”, platica el síndico Dámaso Ramírez.
Autoridades sin recursos. Félix Pérez Vásquez, el nuevo alcalde de San Miguel Quetzaltepec, explica que el ayuntamiento no cuenta con recursos para apoyar a los damnificados porque desde 2017 la autoridad anterior dejó de recibir recursos para operación y desarrollo de infraestructura en la localidad, correspondientes a los ramos 28 y 33, así como al fondo IV. Por eso, explica, el municipio tampoco ha podido ayudar a las familias que resultaron afectadas.
La situación llevó a tal desesperación a los habitantes que desde octubre pasado bloquearon el camino que conduce a la cabecera municipal, ya que consideran que el ayuntamiento ha incumplido con la entrega del dinero para la infraestructura dañada. “Son rateros para nosotros, se llevan mucho, todo el dinero que llegó al municipio lo meten a su bolsa”, acusa Pérez Vásquez. Desde entonces mantienen el cierre de la carretera de terracería, lo que dejó aislada a esta agencia. Tanto autoridades como habitantes, advierten que abrirán la vía hasta que reciban el dinero.
Atala Vásquez Robles es una de las damnificadas. Con dos hijas, continúa viviendo en su hogar fracturado, debido a que no sabe cómo reparar su cocina de adobe, dañada por el sismo de 8.2 grados que hace casi cinco meses sacudió la Sierra. “No tengo dinero para componer”, dice.
Cuenta que desde el día que rugió la tierra su situación ha empeorado, porque ahora ya no le queda ni la casa en la que vivía y no puede arreglar, ya que desde hace cuatro años dejó de sembrar café debido a la plaga de la roya. No hay por qué no creerle.
Como Atala está Epifania Martínez, ella también vio cómo se desmoronaba su hogar con el sismo, y por las lluvias tuvo que pedir dinero para levantar un cuarto de madera y lámina.
Con su escaso español, Epifania dice que ante la falta de producción de café emigrará a la ciudad de Oaxaca a buscar trabajo para pagar el préstamo de 25 mil pesos y juntar un poco más para alimentar a su familia. Ella no es la única damnificada que ha pensado en salir de la Sierra para buscar empleo, explica la autoridad local, pero insiste en que no hay forma de ayudarles, pues por ahora están enfocados en el conflicto que mantienen con su cabecera municipal.
... y caminos fracturados. Las afectaciones por los fenómenos naturales también se presentan en las carreteras de la región, las cuales tienen grietas y en la mayoría el tránsito sólo es por un carril debido a los derrumbes registrados desde septiembre, los cuales se han intensificado con las lluvias en esta temporada invernal.
En la base de datos de la Sedatu, donde se concentran el total de damnificados que fueron censados en siete estados, no aparece ningún municipio perteneciente a la Sierra Norte ni a la etnia mixe. En el caso de Oaxaca el censo se aplicó en 103 municipios, los 41 del Istmo y el resto pertenecientes principalmente a la región Mixteca.
EL UNIVERSAL buscó a Elpidio Concha, delegado de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano en Oaxaca, para saber la razón por la que no se aplicó el censo en la región y para consultar si la reconstrucción de viviendas se realizará con recursos federales. No se obtuvo respuesta. Jesús Rodríguez Socorro, entonces secretario estatal de Economía, fue designado para brindar atención a los mixes tras los sismos, pero dejó la dependencia sin informar al respecto. Hasta el momento se desconoce la cifra precisa sobre afectaciones en la región.