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Con el esfuerzo de su comunidad, Gerardo Coello hizo de Viaje de negocios un cortometraje que no sólo ha pasado por festivales como Sundance, sino que ha conseguido una nominación al premio Ariel.
La historia, sobre un niño que convierte un par de tenis rojos traídos de San Antonio su objeto de deseo, es un ejemplo de cine comunitario. Se filmó en la escuela a la que el director asistió de niño, con maestros reales interpretándose a sí mismos y estudiantes que debutaron en pantalla.
“Fue muy especial que la escolta real de la escuela apareciera en el corto. Padres, profesores y alumnos regalaron su tiempo para participar. Fue un esfuerzo de comunidad y eso me hace sentir muy afortunado”, cuenta Gerardo.
Estrenado en el festival Sundance 2024 y premiado en Shorts México, Viaje de negocios consiguió además una nominación al Ariel.
“Es un honor con el que uno sueña desde niño”, dice Coello.
Con solo 13 minutos de duración, el cortometraje competirá este fin de semana en la categoría de Mejor Cortometraje de Ficción.
La historia, unos tenis rojos con llamas encendidas, traídos un supuesto “viaje de negocios” son para Daniel, el protagonista, un símbolo de orgullo y de pertenencia.
Hasta que descubre que no son tan únicos como él pensaba.
En clase, otro niño aparece con el mismo par y asegura que se los consiguió su papá en Texas, gracias a un vendedor mexicano que le dio los últimos, de edición limitada.
La doble traición, la ilusión rota de la exclusividad y la fragilidad familiar expuesta en el corto desata la rabia de Daniel.
“Me interesa ese momento en el que descubrimos que nuestros padres no siempre dicen la verdad o no siempre tienen la razón. Es un golpe duro, pero inevitable en el crecimiento”, explica el director.
Memorias personales
Contada desde la perspectiva infantil, la historia muestra las primeras grietas en un chico hacia su figura paterna y la pérdida de inocencia. Aunque la anécdota es ficticia, el corto está atravesado por memorias personales de Coello.
“En mi infancia, mis compañeros regresaban de McAllen o San Antonio con tenis, chamarras y gadgets nuevos. Era lo más deseado del mundo. Esa obsesión con lo de EU es algo que viví de cerca”.
Esa tensión cultural atraviesa Viaje de negocios, la fascinación por lo extranjero frente a la vida cotidiana mexicana. “Es la historia de un hijo con su padre, pero también de un país con otro. Una parábola sobre el malinchismo y la obsesión con lo de afuera”, explica Gerardo Coello.
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