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Las Vegas.— Usher otorgó una exhibición memorable de baile, música y emociones durante el show de medio tiempo del Super Bowl LVIII. En la “Ciudad del pecado” el “Rey R&B” se convirtió en el primer artista independiente en protagonizar el magno espectáculo de la NFL.
Y sucede que el productor publicó su noveno álbum de estudio titulado Coming Home, el mismo día que llevó a cabo su presentación en el Super Bowl que vivió ayer el encuentro entre los Chiefs de Kansas City y los 49ers de San Francisco.
El cantautor originario de Houston, Texas, arrancó su actuación de 13 minutos vestido de blanco, con bailarines alrededor emulando la parafernalia brillante y exótica de Las Vegas, pero también de Atlanta, ciudad donde se formó y desarrolló gran parte de su trayectoria.
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En conferencia de prensa previa al show, Usher había mencionado que se preparó para traer las canciones por las que él creía que era conocido y que significaban su pasado, presente y futuro, y eso fue lo que hizo.
Con la presencia de artistas como Taylor Swift, novia del jugador Travis Kelce, de la actriz Blake Lively y de la cantante Lana del Rey en el Allegiant Stadium, el artista realizaba sus característicos pasos de hip hop, rodeado de numerosas luces color azul.
El escenario no lucía prominente a diferencia de otros, pero la coreografía equilibraba la situación y animaba al público a moverse y a disfrutar de la energía que irradiaba el músico estadounidense de 45 años en cada movimiento.
El ganador de ocho premios Grammys encendió el escenario cuando apareció con su primera invitada, Alicia Keys, con quien interpretó “My Boo” una de los temas más icónicos del rapero a lo largo de sus 30 años de carrera.
Al ser una de las cantantes con mayor rango vocal en el planeta, Alicia Keys dio muestra de su talento con su ejecución en el piano y entonando el tema que fue publicado en el álbum Confessions, en 2004.
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Terrence Raymomd IV no podía fallarle a su público, y sobre el escenario, se colocó en medio de la plataforma junto con Will.I.Am e hicieron sonar “OMG”, el cual ya habían interpretado en 2011 cuando ambos acompañaron a los Black Eyed Peas en el Super Bowl número XLV.
El artista formado en Atlanta, Georgia, cerró su espectáculo con “Yeah” junto con el rapero Lil Jon, llevando la emoción del público al punto más alto, provocando agitar el cuerpo arriba y abajo a ritmo de la pegajosa pieza que tanto ha trascendido pese al paso de los años.
Sin embargo, las decepciones no faltaron y los asistentes se quedaron con ganas de tener la presencia de Justin Bieber, discípulo de Usher y quien fue uno de los personajes que más sonaba para ejecutar “Somebody to Love”.
Usher despertó el ritmo, el hip hop, y el baile durante su presentación en la ciudad de Las Vegas y así fue como imprimió su esencia, aquella que será recordada en la historia de los shows de medio tiempo como una cátedra de baile, sencillez y energía.
La interpretación del Himno Nacional de Estados Unidos estuvo a cargo de Reba McEntire y la de “America the Beautiful” correspondió a Post Malone.