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Ni la lluvia, ni el frío o el tráfico detuvieron a los fans de la banda chilena Los Bunkers, quienes abarrotaron el Auditorio Nacional donde cantaron y bailaron con el recorrido musical que esta agrupación ofreció como parte de su gira Ven aquí.
La lluvia acababa de azotar a la Ciudad de México y los estragos se comenzaron notar, cuando Paseo de la Reforma comenzó a tener tráfico lento, lo que obligó a que la gente bajara del transporte público y caminara, incluyendo a aquellos que iban al Auditorio para disfrutar de Los Bunkers, quienes debieron iniciar su concierto con un recinto a medio llenar.
Álvaro López, Francisco Durán, Mauricio Durán, Gonzalo López y Mauricio Basualto, integrantes de Los Bunkers salieron al escenario pasadas las 20:30 horas y la emoción se desbordó entre el público, que la expresaban con gritos, entonces el concierto inició con temas como “Miéntele”, “Te vistes y te vas”, “Yo sembré mis penas de amor en tu jardín”, “Quién fuera” y “Una nube cuelga sobre mí”.
Las primeras filas de butacas fueron retiradas para que la gente pudiera estar de pie, con libertad de bailar y brincar, pero sobre todo estar lo más cerca posible de sus ídolos, quienes constantemente se acercaban a la orilla del escenario para interactuar con ellos, incluso Álvaro bajó en varias ocasiones a esta zona.
“Somos Los Bunkers y estamos de vuelta. Estamos muy contentos de tocar esta noche para ustedes, estar en este lugar era un anhelo para nosotros”, expresó Álvaro saludando a las 10 mil almas, quienes tuvieron que esperar nueve años para verlos nuevamente en vivo, ya que la banda se tomó un receso, regresando formalmente el año pasado.
Los Bunkers fascinaron al Auditorio Nacional
Un momento de relativa tranquilidad llegó, cuando comenzó el momento acústico de la noche. Cuando cantaron “Pequeña serenata diurna" y "Calles de Talcahuano", el vocalista explicó que era algo de lo más nuevo de Bunkers, y que querían dedicarlo a sus familias que se encontraban presentes. El público también les aplaudió que interpretaran algo del folclore chileno, con el tema “La exiliada del Sur”, que Violeta Parra hiciera conocida; para cerrar el momento eligieron “Si estás pensando mal de mí”, para lo cual la gente prendió las lámparas de su celular y los acompañaron cantando.
De pronto se comenzó a escuchar el canto “olé, olé, olé, Bunkers, Bunkers” y ellos respondieron con toda la energía de “Rey”, “Cura de espanto” y “Fantasías animadas”.
Aunque la gran mayoría de los espectadores eran de la generación que hoy llaman “chavorrucos” (entre los 30 y 50 años), también entre la gente había muchos jóvenes que bailaban y cantaban al ritmo que esta banda chilena les propusiera, así fuera un tema tan romántico como “Y volveré”, donde las luces de los celulares volvieron a iluminar el recinto; hasta el rock más puro de “Nada nuevo bajo el Sol”.
Uno de los momentos más espectaculares de esta presentación fue cuando “Bailando solo” se dejó escuchar, no sólo por la actuación de estos músicos, también por los efectos de luces multicolores que iluminaron el lugar y la bola disco que brilló con intensidad sobre el escenario.
En cuanto los músicos chilenos se despidieron, la gente de inmediato comenzó a pedir otro tema y volvieron a entonar el cántico con el nombre de la banda, que regresó para cantar “Canción para mañana”, “Llueve sobre la ciudad”, uno de los temas más coreados en la noche, y “El necio”.
“Muchas gracias México, hasta pronto”, dijo Francisco Durán, para después complacer a sus fans con el tema “Miño”, uno de sus grandes éxitos y el broche de oro de una noche llena de energía.