La exhibición cinematográfica en México durante 2025 estuvo marcada por la caída en taquilla de figuras como Tom Cruise y , el tropiezo de la secuela de Wicked y el auge de las versiones y de videojuegos.

También se observó un estancamiento en la venta de boletos respecto a 2024, de acuerdo con datos de la Cámara Nacional de la Industria Cinematográfica (Canacine), correspondientes al periodo del 1 de enero al 15 de diciembre.

Hasta la segunda semana de diciembre se habían vendido alrededor de 200 millones de boletos, 17 millones menos de los totales en 2024, pero con la esperanza de llegar a esa cifra con el próximo estreno de Avatar, de James Cameron.

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Ambos años quedaron lejos del 2023, cuando se registraron 233 millones de butacas. Y más lejos de los más de 300 millones que se dieron entre el periodo 2016-2019.

“Ya estamos más claros que pensar en regresar a los niveles previos a la pandemia es un poco optimista y complicado. Creo que estos números que hoy estamos viendo serán los niveles que veremos para los siguientes años”, dice Mauricio Durán, presidente de la Cámara.

Caídas, fracasos y éxitos

Durante el 2025, dos de las estrellas hollywoodenses más conocidas tuvieron un freno en el público mexicano. Mientras Brad Pitt con su F1 se quedó con cuatro millones de espectadores, a casi un millón del décimo lugar (Capitán América), a Tom Cruise no le alcanzó su más reciente entrega de Misión imposible, franquicia con casi tres década que apenas superó los 3 millones de boletos, quedando en el lugar 16.

Wicked por siempre, con todo y los fanáticos de Ariana Grande, se quedó en 1.3 millones de asistentes, 400 mil menos que la primera entrega de 2024; mientras que Tron: Ares, con todo el poderío de los estudios Disney detrás de ella, apenas le alcanzó para superarla.

Ambas cintas fueron rebasadas por las sorpresivas de Flow, ganadora del Oscar, y Memorias de un caracol, con 2.1 millones y 1.8 millones de boletos vendidos, respectivamente, colocando a la animación en los primeros planos.

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“De pronto hubo películas que no funcionaron como se tenía presupuestado y son de estas que mueven como la aguja de la industria, pero al final dependemos del público. Wicked, en EU, fue un éxito, aquí no va a estar ni dentro de las primeras 25”, indica Durán.

Entre los más de 700 largometrajes estrenados en estos 12 meses (dos docenas más que el año pasado), destacaron las versiones live action de cintas animadas clásicas y de algún videojuego.

En el top cinco de las más vistas del año, tres pertenecen a esa modalidad, siendo encabezada por Lilo & Stich, cuya versión original fue lanzada hace casi tres décadas. El live action superó los 17 millones de boletos vendidos, seguida por una película de Minecraft, con Jack Black, con 10 millones.

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“Funcionaron para las nuevas generaciones que no las conocían y, para las que ya, siempre el live action es una gran atracción. Creo que el próximo año con Moana, va a pasar lo mismo”, apunta Durán.

Muchos estrenos, poco vistos

Entre las 10 cintas más taquilleras se concentró más del 40% de la asistencia a salas mexicanas. No es algo nuevo, pero se ha ido acentuando después de la pandemia, cuando el streaming llegó con fuerza y se modificaron los hábitos de consumo.

“No es que estemos viendo el inicio de algo que afecte más a la industria o una desaceleración, sino que un reacomodo. Y el cine, a diferencia de otras industrias donde se puede pronosticar con mayor certeza, el cine depende de lo que llegue”, apunta el directivo.

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