Tongolele destacó, en el mundo del espectáculo, no sólo por su impresionante belleza; también por su capacidad para interpretar diferentes ritmos tropicales, los cuales consolidó como parte esencial de la llamada Época de Oro del Cine Mexicano.

Con su distintiva cabellera bicolor y una presencia escénica imponente, la bailarina se convirtió en sinónimo de talento, sensualidad y cadencia... mismos que se apagaron este 16 de febrero, con la muerte de la vedette.

Yolanda Montes Ferrufino, nombre real de Tongolele, nació el 3 de enero de 1932 en Spokane, Washington, Estados Unidos. De ascendencia española, francesa y sueca, creció en un entorno donde la danza y la música eran parte fundamental. Desde temprana edad, recibió formación en ballet y danza contemporánea.


Tongolele murió a los 93 años de edad. Foto: Archivo, EL UNIVERSAL.
Tongolele murió a los 93 años de edad. Foto: Archivo, EL UNIVERSAL.


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Llegó a México a finales de los cuarenta y, con apenas 15 años, fue contratada para presentarse en el icónico Teatro Follies Bergère, iniciando así su carrera como vedette.

Su nombre artístico, Tongolele, surgió como una representación del carácter exótico que la envolvía y que, rápidamente, se convirtió en su sello característico.

El impacto de Tongolele en el espectáculo la llevó a incursionar en el cine, donde su presencia se convirtió en un atractivo recurrente. Debutó en la pantalla grande en 1947 con "Nocturno de amor", película en la que su habilidad para el baile capturó la atención del público. Posteriormente, participó en producciones como "¡Han matado a Tongolele!" (1948) y "Perdida".

A lo largo de su carrera actuó en más de una decena de películas y compartió créditos con figuras como Tin Tán y Emilio "El Indio" Fernández.

A la par de su carrera cinematográfica, Tongolele mantuvo una destacada presencia en los cabarets y teatros de revista. Escenarios como el Teatro Blanquita, el Capri y el Follies Bergère fueron testigos de su carisma y talento. Su capacidad para conectar con el público, sumada a una energía inagotable y una estética escénica cuidadosamente elaborada, la convirtieron en una de las vedettes más solicitadas y reconocidas de su época.


Foto: EL UNIVERSAL.
Foto: EL UNIVERSAL.


El espectáculo de Tongolele no solo consistía en su habilidad para el baile, sino en la capacidad de transportar al público a universos rítmicos desconocidos. Cada presentación era una invitación a descubrir la riqueza de los sonidos afroantillanos, que, gracias a su labor, se integraron de manera natural al repertorio musical mexicano.

Tongolele se erigió como un puente entre distintas tradiciones musicales y culturales. Proveniente de Estados Unidos, pero adoptada por México, logró que ritmos de origen africano, caribeño y polinesio se integraran al entretenimiento nacional, enriqueciendo así el panorama musical del país.

Aunque con el paso del tiempo se retiró de los escenarios, su legado permaneció.

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