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Aunque no lo queríamos aceptar, la noche de este martes el rapero estadounidense Kendrick Lamar se presentó ante 62 mil 300 almas en el Estadio GNP. Era evidente que no llegó al sold out del recinto al oriente de la CDMX, pero no fue una mala cifra y mucho menos un mal concierto. Algunos fans atañen esta situación a la mercadotecnia de los conciertos, al situar tantos shows de alta gama en tiempos tan cortos, además de recordar que los precios aumentan y el salario mínimo no.
Aún así, sobre el Buick Grand National de 1987 el rapero estadounidense arribaría al escenario principal del Autódromo Hermanos Rodríguez, mientras, entre silbidos desesperados, miles de lucecillas de los celulares y la clásica ola, los fanáticos mantenían la cordura antes de la salida de Lamar, que se retrasó por media hora, momento donde el rapero ganador de múltiples Grammys convirtió a fans en pasajeros de su icónico auto.
La baja demanda de este concierto parte de la gira Grand National Tour también se comentaba era por la cancelación del rapero en Tecate Pal Norte 2024, donde finalmente no se presentó por “problemas logísticos”, sin embargo, ante los miles de seguidores del oriundo de Compton, California, barrio angelino que ha visto nacer a varias leyendas del Hip Hop, dio un conciertazo, consolidando aún más como la figura más influyente del género musical en la actualidad.
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De esta forma lo demostraría con un show dividido en cuatro paradas, en las que el rapero trajo canciones de su discografía, centrándose más en el último álbum de estudio “GNX”, el cual también presentó en el medio tiempo del Super Bowl LIX y que dota de nombre a la gira internacional.
Kendrick Lamar comenzó el primero de sus actos como una estrella de esta magnitud debería iniciar, con toda la carne al asador con “Wacced out murals”, arrancando de sus asientos a todos los presentes que se olvidaron inmediatamente de la espera, tema seguido por “Squabble up ” y “N95”.
“K-Dot está en la casa México, están listos para cantar”, gritó emocionado Lamar ante el apabullante grito de los fanáticos que no tomaron asiento en ningún momento ni de cantar con una dicción impresionante, que hasta sus profesores de inglés de la secundaria estarían orgullosos.
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Este primer acto concluyó con “King Kunta”, “Element” y “Tv off part 1”, mientras el público en cada ocasión que tenía se rendía ante el rapero vociferando el nombre del MC, además de vítores clásicos como “Olé, Olé, Olé, Kendrick, Kendrick”.
Cabe mencionar que entre varias de las interpretaciones se mostró un video a manera de interrogatorio policial, donde se le cuestiona sobre sus letras y su música, cuestiones que se responden con los temas.
“Euphoria”, “Hey now”, “Reincarnated”, “Humble”, “Backseat Freestyle”, “Family ties”, “Swimming Pools”, “m.A.A.d city”, “Alright” y “Man at the garden”, constituyeron el segundo acto donde el público seguía enardecido y totalmente jubiloso de presenciar el gran talento del Kendrick.
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“Gracias México, qué noche”, dijo impresionado el rapero.
A lo largo del show la escenografía sobre el escenario fue evolucionando. En un principio apareció una grada donde, además del grupo de bailarines se desenvolvió muy bien, apareció un tablero a madera del interior de un auto, y en lo alto del mismo adornaban unas enormes dados de felpa y un odorizante de pino, clásicos de los 80s, y finalmente cambió ahora con un enorme figura del auto que da nombre a la gira que Lamar ha ofrecido, el Buick Grand National 1987.
El tercer bloque estuvo dominado por “Dodger blue”, “Peekaboo”, “Like That”, “DNA”, “Good Credit”, “Rich spirit”, “Count Me Out”, “Money Trees” y “Poetic Justice”, siguiendo la misma tónica de todo el concierto, interpretaciones poderosas de Lamar, coreografías energéticas y un uso extraordinario de elementos como los fuegos artificiales, los lanzallamas y un uso de luces extraordinario.
El rap de Kendrick fue estelar desde los primeros minutos del show que duró poco más de hora y media, la forma en que dominó al público y los puso a bailar fue una locura. Cabe mencionar que el público se componía de muchas generaciones, los amantes del rap de antaño estaban presentes y la nueva generación que ya saben más del rapero que muchos otros estaban ahí rapeando mejor que pronunciando las tablas de multiplicar.
El último acto, y el más corto y contundente estuvo compuesto por “Luther”, “Tv off part 2”, “Gloria” y desde luego “Not Like Us” que solo al escuchar la frase “Shh, veo gente muerta”, la multitud estalló en gritos, y ni que decir cuando Kendrick Lamar a media canción guardó silencio al escuchar al público vociferar “a-minooor”, fue una locura total.
dft
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