“Canto mal, bailo mal, pero no me da pena... ¡ya puedo ser un popero!”, exclama bromista Tenoch Huerta, durante la noche en que se adueña de la explanada de un centro comercial de la Ciudad de México.
El actor de Narcos: México y Güeros, junto con la cineasta Andrea Martínez, hacen estiramientos corporales durante algunos minutos para luego coreografiar y cantar “Yo no te pido la luna”, tema que popularizara Daniela Romo en la década de los ochenta.
A cada uno se le olvida en algún momento la letra y ríen.
“Es nuestro momento La La Land”, refiere Andrea feliz, en un momento previo al rodaje de la secuencia donde toman un bastón y un sombrero, con los que se incrementará vistosidad al número musical.
La escena forma parte de Tare, largometraje que está en su última semana de filmación, el cual representa el debut de Tenoch como director y el de Andrea (Cosas insignificantes y Ciclo), como actriz.
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Tare, que transcurre en una sola noche, mostrará a dos personas, una mujer que ha perdido al amor de su vida y su exalumno de actuación, quienes tras una fiesta hacen un recorrido por la capital mexicana.
“A lo largo de la historia jugamos con los clichés de la historia del cine, con momentos importantes y entonces se nos ocurrió este musical”, refiere Andrea.
Sin miedo al pop
La escena les permite bailar y cantar al ritmo de una canción de los años 80.
Tenoch aceptó ponerse tras la cámara para diversificar un poco su carrera, pero lo principal fue que se encontró con una dinámica funcional para ello.
“Es ir construyendo cosas durante el rodaje, yo lo que hago es apuntalar, porque en escena le digo a Andrea que en tal encuadre es más efectivo que ella mire a un lado y no al otro, por ejemplo.
“Son cosas muy puntuales; cuando hay diferencias, entonces la visión que domina es la de ella, que es la que sabe”, comenta Tenoch, quien también es productor.
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Tenoch señala: “Yo como actor no veo el monitor, no me corresponde eso, hago la escena y si gustó adelante, si no, repetir. Aquí ya me veo en pantalla y entiendo por qué de pronto necean (los directores), veo que ellos quieren ver algo más, algo preciso y eso ya lo entiendo”.
La historia parte de una pérdida que sufrió la realizadora y cuyo dolor aún resiente. Pero en el proceso de mostrarlo a cámara, la participación de Tenoch ha sido fundamental.
“Cuando al principio me veía (a cuadro) me odiaba a mí misma, decía no está aún (la escena) y él decía que sí, entonces tenía que confiar en su ojo”, cuenta la directora.
Tare hace alusión a un botón que hay en las básculas para resetear, pero tomando en cuenta lo que ya existe. Es una producción de bajo presupuesto, que a fines del año pasado acudió a una plataforma para obtener 400 mil pesos que le permitirá completar los dineros.
Una de las recompensas para algunos de los aportantes era que Tenoch diera serenatas, lo cual hará aunque de manera virtual por las condiciones sanitarias actuales.