janet.merida@eluniversal.com.mx
Verónica Castro recuerda que, cuando era niña, tuvo que estudiar mucho y trabajar al mismo tiempo, y demostrar su interés para ambas cosas porque su madre no cedió: o estudiaba o dejaba lo otro.
“Creo que en algún momento sentí que fue demasiado corta mi niñez, mi adolescencia, pasé de ser demasiado niña a demasiado adulta pero era una necesidad, porque no teníamos padre, entonces había que salir adelante; tampoco me doy golpes de pecho, por algo pasan las cosas, es una oportunidad que se me dio en la vida”.
Gracias a eso tuvo la certeza de que un buen actor o actriz no se hace de la noche a la mañana, hay un camino de estudio y preparación que debe respetarse.
“Es mentira que puedes llegar a ser artista sin pasar por una escuela, es una gran mentira; puedes ser buena artista sí, pero se te va a acabar muy pronto, es como tener un merengue en la puerta de una iglesia cuando hace mucho calor, tarde o temprano se va a deshacer y si estudias, no se desbarata tan fácil”.
Por ello que considera que muchas de las “estrellas” nacidas de la noche a la mañana gracias a las redes sociales la tienen difícil.
“Como novedad está chistoso, pero que me merezcan un respeto no, porque no tienen bases, no son conocedoras, estudiadas, leídas ni escribidas como les digo yo (bromeando)”.
Trabajar desde una edad temprana y ver el enorme trabajo de su madre para sacarlos adelante la hizo caer en cuenta del enorme trabajo de las mujeres en la sociedad mexicana. Años después, como madre, también lo comprobaría.
“La mujer es, ha sido y seguirá siendo el pilar. En este tiempo sé que las mujeres somos las que resolvemos todo, a mí me ha tocado resolver todo, no puedo decir que un señor me ayudó a comprarme una bolsa de arroz para venir a cocinarlo, que me regalaron una bolsa de frijoles, ni una casa ni unas chanclas, nadie me ayudó y los señores menos. A mí la única que me ayudó fue mi mamá y mi hermana que trabajó conmigo durísimo y sacamos adelante a mis hermanos y a mis hijos, esa es la verdad. Adoro a mi madre, para mí es mi máximo, es la mejor escuela que he tenido en la vida y lo seguirá siendo, trataré de ser lo más parecida a ella”.
La actriz, cantante y presentadora de tv es reconocida como una de las divas mexicanas, su programa Mala noche... ¡no! fue muy exitoso por su particular forma de conducir y su ingenio. Además de discos y actuaciones en teatro, cine y telenovelas.
Recientemente estuvo en La casa de las flores, historia que decidió no continuar, sin embargo, su cariño por la tv continúa pero con más calma. Hoy, dice, se puede dar el gusto de decidir los proyectos en los que quiere participar.
Este domingo, volverá a la televisión como juez de Pequeños gigantes junto a Miguel Bosé, Albertano (Ariel Miramontes) y Karol Sevilla para apoyar a pequeños talentos que, como ella, desde muy pequeños encontraron su amor por los escenarios.
En esta etapa, también se da el tiempo para ver televisión abierta y de paga, y se declara fan de los programas de miedo y suspenso, aunque luego pague las consecuencias. Dice que sigue confiando en el papel de la televisión como una forma de entretenimiento.
“Yo creo que la televisión solamente cumple con el asunto de distraer o divertir, antes también existía la televisión educacional pero ha cambiado, la misma educación ha cambiado, ni los valores son los mismos, pero lo que sí es importante es que no perdamos la esencia de lo que somos, por lo menos los mexicanos, que tenemos muy arraigado todo esto de la familia, nuestra forma de ser no está perdida en este programa”.