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janet.merida@eluniversal.com.mx
Una voz presidencial llama a entrar a la sala. “Primera llamada, segunda y tercera, tercera llamada ¡comenzamos!”
El público ya dentro de la sala aplaudió este jueves el inicio de la función número 100 de La señora presidenta, obra de teatro que va de la mano de chistes políticos que hacen reír y reflexionar al espectador desde la comodidad de su asiento.
La obra gira en torno a unos mellizos que parecen ser polos opuestos. Mientras que Martina es una mujer ruda, grosera, orgullosa y buena para los negocios, Martín es un galerista que se cree artista y es pésimo para cualquier trabajo.
Durante el desarrollo de la historia aparecen los temas actuales de la política mexicana en voz de Martina. Los robos en Hacienda, el caso de Javier Duarte en Veracruz, las próximas elecciones presidenciales, el color favorito de Mancera en la Ciudad de México, la poca credibilidad de Meade y hasta alusiones a “ya saben quién”.
No faltaron aquellos que durante uno u otro chiste referente a algún político en específico reían menos que con otros pero había cosas que sin más desataban carcajadas y todo por culpa de Héctor Suárez, el protagonista de la historia.
El director de escena e hijo del protagonista, Héctor Suárez Gomís, no escapó del ácido humor de Martín, quien en un momento lo pincheó por sentarlo en un lugar del escenario que no le gustaba.
Mientras tanto, la madrina de las 100 representaciones, Verónica Castro, estrenaba nuevas arrugas, como ella misma confesó al pasar al escenario para develar la placa.
“Es un lujo disfrutar de la obra en estos momentos tan terribles que vivimos, poder venir a gozar y reír”.
Por cuestiones de trabajo, Suárez Gomís no pudo estar en la develación, sin embargo, el productor Alejandro Gou agradeció no sólo a los actores sino a los 20 elementos que trabajan en cada función para que La señora presidenta haga de las suyas.
“Para todo hay gustos y siempre es padre que haya diversidad en el teatro”, dijo.