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"Stranger Things" ha capturado el espíritu de quienes crecieron sintiéndose fuera de lugar: niños tímidos, sensibles, retraídos, soñadores, valientes a su manera.
Desde su estreno en 2016, la serie creada por los hermanos Duffer no solo funcionó como un homenaje a las películas de los 80, trajo de vuelta a Wynona Ryder y rescató el casete, sino que también articuló la experiencia de crecer con miedo: miedo a no encajar, a decepcionar, a ser distinto.
Ambientada en un pequeño pueblo ficticio de Estados Unidos, la historia sigue a un grupo de niños que descubre la existencia de una dimensión oscura y peligrosa, un hallazgo que cambia por completo sus vidas y la de toda la comunidad en la que habitan.

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Once y Will Byers, junto a Mike Wheeler, Dustin Henderson, Lucas Sinclair y Max Mayfield, se han enfrentado tanto al rechazo como a ese mundo sobrenatural. Once, una niña criada como arma, y Will, el niño cuya desaparición detonó toda la historia, son interpretados por Millie Bobby Brown y Noah Schnapp, respectivamente.
A lo largo de las cuatro temporadas, ambos personajes han cargado con el trauma, el miedo y la sensibilidad que sostienen gran parte del relato.
“La gente cree que tener miedo es debilidad, pero no lo es. Lo importante es cómo te enfrentas a él”, dice Millie a EL UNIVERSAL.
La quinta entrega, recreada en el otoño de 1987, arranca con Hawkins en cuarentena, bajo la versión oficial de un terremoto tóxico. La realidad es otra: los portales siguen abiertos, el gobierno intensifica la búsqueda de Eleven y Vecna y, tras su derrota parcial, reorganiza su poder.

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Más allá de sus 140 millones de visualizaciones, sus 12 premios Emmy o la resurrección de Kate Bush en las listas, Stranger Things se volvió un fenómeno porque habló del miedo a crecer desde lo íntimo: el aislamiento, el silencio y el hecho de sentirse observado pero no comprendido.
“Will y Eleven son más parecidos de lo que imaginamos. Son vulnerables, han sufrido trauma… y aun así protegen a quienes aman”, dice Noah Schnapp en entrevista.
Un crecimiento personal
Millie y Noah tenían 11 y 10 años cuando entraron al set por primera vez. Hoy, a sus 21 años, miran atrás y reconocen que la serie se volvió parte de su educación emocional porque no solo interpretaron a dos personajes heridos, también crecieron con ellos.

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“Esto ha sido nuestra infancia. Además nos formó como personas”, confiesa Noah.
Los dos coinciden en que una parte de Will y Eleven seguirá con ellos, no como una marca profesional, sino como un recordatorio íntimo de la fuerza que puede nacer desde el miedo.
“Es agridulce despedirse, pero necesario. Estamos listos para lo que sigue”, dice Millie.
La última temporada llegará en tres partes en la plataforma Netflix: 26 de noviembre, y los días 25 y 31 de diciembre.

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