Luz verde: Avanza "" hasta su tercera temporada. Luz roja: "El juego del calamar" se ha vuelto más perverso: hambre, miseria, desigualdad, violencia y derrota.

La serie surcoreana, que se estrenó en 2021 y hoy finaliza en Netflix, además de un juego de supervivencia, muestra el precio de vivir en una sociedad que convierte el dolor ajeno en espectáculo para las personas más privilegiadas.

La fórmula es tan perturbadora como efectiva: reunir a 456 personas devastadas por sus deudas, ponerlas a competir en desafíos inspirados en juegos infantiles y, detrás de cada ronda, dejar en claro que sólo uno podrá salir vivo con el premio. El resto deberá pagar su derrota con su propia vida.

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Esta vez no será un juego de canicas. La tercera entrega de la serie creada por Hwang Dong-hyuk, quien regresa como director, guionista y productor, no es una conclusión cualquiera: llega con más violencia, más tensión emocional y menos certezas morales.

La historia se despide con una advertencia clara: a veces, el verdadero juego no es ganar, sino no perder lo poco que queda de uno mismo.

Kim Jun-hee experimenta su embarazo entre sangrientas pruebas.
Kim Jun-hee experimenta su embarazo entre sangrientas pruebas.

Una de las tramas más perturbadoras gira en torno a Kim Jun-hee (Jo Yu-ri) y Lee Myung-gi (Yim Si-wan), una pareja que es forzada a reencontrarse en plena competencia. Ella, embarazada. Él, atrapado entre el deseo de protegerla y su propia ambición.

“Considero que Jun-hee dependía emocionalmente de Myung-gi, aunque diga que no”, reflexiona Yim Si-wan en entrevista.

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Su personaje, el jugador 333, representa a ese tipo de hombres que dicen amar, pero cuando se trata de sobrevivir, el amor también puede negociarse. Jo Yu-ri (conocida como la jugadora 222), por su parte, ve en la relación una trampa emocional.

“Esa conexión como pareja fue un impulso importante. Pensar en salir juntos les dio fuerza. Aunque, claro, la avaricia de Myung-gi termina por dominarlo”.

El bebé que ambos esperan no es sólo un símbolo de vida en medio del horror. Es también, como dice Si-wan, “una forma de mostrar cuán cruel puede ser la humanidad”.

El líder del juego, Hwang In-ho, quien se infiltró como el Jugador 001 y se hizo pasar por amigo de Gi-hun.
El líder del juego, Hwang In-ho, quien se infiltró como el Jugador 001 y se hizo pasar por amigo de Gi-hun.

La continuación

Tras el fallido intento de rebelión de la segunda temporada, Seong Gi-hun, el jugador 456 (Lee Jung-jae), quien en la primera entrega ganó el juego y decidió enfrentarse al sistema que lo creó, regresa devastado por la muerte de su amigo Jung-bae y más decidido que nunca a destruir el juego desde adentro. Pero, como siempre en esta historia, nada es lo que parece.

El líder (Hwang In-ho) sigue vivo y retoma su papel para recibir a los llamados VIP, mientras su hermano Jun-ho lo busca desde fuera, sin saber que un traidor amenaza con derrumbar todo.

La serie introduce nuevos juegos (como pentatlón, mezcla y saltar la cuerda), reglas más crueles y personajes inesperados como Cheol-su, el siniestro “novio” de la muñeca gigante del primer juego que marcó a una generación de espectadores.

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Cada nueva dinámica es como cruzar el puente de cristal y plantearse: ¿vale la pena sobrevivir si para hacerlo hay que renunciar a lo que nos hace humanos?

Foto: Especial.
Foto: Especial.

La violencia como espejo del sistema

El juego del calamar no ha sido solo una serie de entretenimiento. El verdadero tema explica Si-wan, ha sido mostrar al sistema: económico, político, moral, uno que obliga a competir, a traicionar, a matar y, al final, a preguntarse si se puede seguir llamando “humano” a alguien que ha pasado por todo eso.

“La serie muestra lo increíblemente difícil, incluso casi irracional, que es enfrentarse a estos sistemas de poder. Pero también sigue preguntando: ¿los humanos van a ceder… o seguirán luchando?”, enfatiza el intérprete del jugador 333.

El final de este popular k-drama fue grabado junto con la segunda temporada, que en diciembre de 2024, cuando fue lanzada, rompió récords de audiencia en sus primeras 72 horas, acumulando 68 millones de visualizaciones.

Foto: Especial.
Foto: Especial.

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Se prevé además una versión estadounidense titulada Squid game: America, producida por David Fincher y escrita por Dennis Kelly, pero por ahora, todo apunta a que la versión original de Corea del Sur jugará a las escondidas y cerrará su historia por completo con la tercera temporada que se estrena hoy en México y el mundo.

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