Venecia.— Pocos conocían las memorias que Priscilla Presley publicó en 1986 (Elvis and me) contando lo que fue su vida al lado del Rey del rock. Sin embargo, la historia de esta mujer que conoció a Elvis siendo una niña y lo acompañó en su escalera hacia la gloria y sus infiernos conmovió a Sofia Coppola.

Criada también con el apellido de un genio cinematográfico y las sombras que eso conlleva, Coppola sabía que estaba bien equipada para contar lo que significa crecer rodeada de reflectores.

Sofia contó a EL UNIVERSAL cómo la historia de Priscilla es la de “una mujer buscando su identidad y dejando a un hombre y a todo el mundo que gira en torno a él para encontrarse a sí misma”.

La propia Priscilla Presley, tras el estreno mundial del filme en la Mostra y actualmente en cartelera en México, afirmó:

“Elvis sigue siendo el amor de mi vida, a pesar de que tuve que dejarlo para sobrevivir porque con lo que no podía era con su mundo”.

Para Coppola, entender la historia de esta celebridad y cómo la recuerda ella fue clave en poder imaginar a Priscilla atravesando por todas las penumbras y logrando salir airosa de ellas.

“Creo que eran tiempos diferentes; aunque sufrió, al final, siguen habiendo cosas de Elvis y de su vida juntos que ama”, reflexionó.

Mientras Sofia desarrollaba este filme, sabía que Baz Luhrmann estaba en Australia haciendo otro centrado en la figura de Elvis.

Lejos de preocuparla, le pareció un momento perfecto para lanzar otra visión de la misma historia.

“Siempre pensé que habría espacio para ambas. Además, el filme de Baz no se centra en la vida de Priscilla. Son puntos de vista completamente distintos. Y para acercarse a mi filme ayuda que las personas, en especial las generaciones jóvenes, tengan fresca la imagen de Elvis”.

El mayor reto fue lograr un balance entre lo que quería hacer como cineasta y al mismo tiempo ser respetuosa con Priscilla. Quería que ella sintiera y le gustara lo que viera representado.

“Traté de mirar a esta pareja mítica mostrando su lado humano. Intenté acercarme a ella con sensibilidad sin emitir juicios. Tampoco quise hacer de Elvis un villano”, enfatizó.

En una cinta basada en un personaje que carga con todo el peso de la trama, una pieza esencial es sin duda el casting.

Algo evidente es la gran diferencia de estatura que hay entre Jacob Elordi (Elvis) y Cailee Spaeny (Priscilla). No fue intencional, pero durante el rodaje Sofia descubrió que funcionaba mejor.

EL UNIVERSAL también charló con Cailee Spaeny para saber qué significó para ella el ser la elegida para protagonizar este filme.

“He sido fan de Sofia desde que era niña. Así que conocerla fue obviamente intimidante. Tomamos un café y luego ella me dijo que el proyecto que quería hacer era sobre Priscilla Presley. Me quedé de piedra y sólo le dije ‘sí, claro’, intentando ser natural”, recordó.

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