Con cuatro décadas de trayectoria que la avalan, la actriz Rebecca ha sido parte de proyectos emblemáticos de la televisión como “El maleficio” y “Cuna de lobos”, pero hasta hace un año no había experimentado en streaming. Hoy, reconoce que el formato tiene muchas ventajas tanto para el público como para los actores, que cada vez encuentran más oportunidades de trabajo en las plataformas.
También como productora reconoce que, aunque la televisión siempre ha sido un medio fuerte y nunca dejará de serlo, el streaming da a los espectadores la posibilidad de manipular la cantidad de contenido que reciben, algo que la televisión no puede ofrecer.
En abril de 2020 tuvo una participación especial en “La casa de las flores” , de Manolo Caro, pero ahora entra de lleno como uno de los nuevos personajes principales de la serie “¿Quién mató a Sara?” que es parte de la nueva campaña de Netflix, “¡Qué drama!”, la cual trae la base de las telenovelas a las nuevas generaciones a través del streaming.
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“Es llevar esas historias del melodrama a un formato más factible, la gente luego le tiene miedo a engancharse con las telenovelas porque son eternas, pero aquí una temporada si quiere se la puede echar en una sentada, tiene la opción de decidir si la termina en una semana o un mes y en qué momento ponerle atención”, consideró Jones en entrevista.
La serie de José Ignacio Valenzuela es un thriller que intenta resolver el misterio detrás de la muerte de una joven, quien pierde la vida sorpresivamente mientras disfruta de unas vacaciones con su novio.
Jones se suma a la trama junto con el actor Jean Reno , quien fungirá como su esposo en esta historia que aborda preocupaciones sociales actuales como la violencia contra las mujeres, discriminación, homofobia y salud mental.
“Creo que es muy disfrutable volver a rescatar este género para las nuevas generaciones que no conocieron las grandes novelas que se hicieron en los 80 y 90 porque también se salían un poquito de la fórmula clásica; como ejemplo perfecto ‘Cuna de lobos’, que fue la primera vez que hubo thriller junto con melodrama y cambiaron muchísimas cosas de cómo se contaban las novelas, marcó una diferencia y a partir de ahí le empezaron a tener menos miedo a contar que la protagonista no es perfecta o que los malos nos son tan malos”.
La actriz de 64 años de edad reconoce que quizá los nuevos discursos que sí se exploran en el streaming no hubieran sido permitidos en otra época en la televisión o incluso ahora porque en el contenido abierto el público tiene menos control de lo que ven y a quién va dirigido, mientras que en las plataformas hay más responsabilidad del espectador a la hora de seleccionar un proyecto.
“Se está rescatando el melodrama bien contado y con pasiones humanas, una cosa con más calidad”, afirmó. “Se vuelve muy cómodo para todos, pero para los actores más porque puedes contar las historias como realmente son”.
En cuanto a la forma de actuar, reconoce diferencias como la interpretación y los diálogos: “Me tocó decir cosas que no me imaginaba”, reconoció entre risas. Muchos de estos permisos los atribuye a que hay una mayor atención por parte del público a los contenidos de paga.
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“El melodrama a veces puede ser mucho más exagerado para la televisión abierta porque normalmente la gente está ocupada haciendo otras cosas y muchas veces no se sientan a ver las telenovelas, entonces tienes que echar mucha lágrima, a veces exagerar un poco para mantener la atención de la gente, pero en una plataforma, en primera te cuesta y además si entras a verlo no lo estás haciendo mientras haces el quehacer u otra cosa entonces creo que se vuelve una cosa más restringida en el aspecto actoral”.
Una técnica más exacta
Mientras que en la dirección y producción piensa que los sets de rodaje para este nuevo formato se parecen más al del cine e intentan agilizar los procesos ya que requieren de diferentes sets y presupuestos.
Junto a otros actores como Manolo Cardona y Claudia Ramírez estrenará la tercera parte de este proyecto, que en su primer mes se convirtió en la serie de habla no inglesa más vista de Netflix , con 55 millones de espectadores, importada a 87 países.
“La diferencia fundamental técnicamente hablando es que la televisión trabaja siempre con tres cámaras, aquí nada más es una de cine o en este caso dos, pero las dos de cine y las dos con máquinas y todo es más técnica de cine, yo estoy todavía aprendiendo muchísimas cosas, todo es más exacto y hay innovaciones, por ejemplo en escenas difíciles donde tienes que ir hablando como si el actor fuera caminando enfrente del espectador, pero es la cámara y tienes que ir viendo una crucecita verde que te marcan a un lado de la cámara, se vuelve un arte muy técnico y muy respetable”, finalizó la actriz.
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