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A las hermanas González Valenzuela les llamaron las Poquianchis gracias a un travesti.
Cuando María de Jesús, María Luisa y Delfina comenzaron a manejar el bar La barca de oro en León, Guanajuato, la gente comenzó a relacionar el sitio con su antiguo dueño, un hombre que había decidido traspasar su negocio.
En 1964, dicho sitio saltó a los titulares de los periódicos porque en su interior se encontraron los cuerpos de 80 mujeres, 11 hombres y restos de niños menores de un año, descubriéndose además una red de trata de blancas.
Durante dos décadas, las González Valenzuela secuestraron, engañaron y compraron adolescentes a familias humildes de campesinos, para llevarlas a su base y de ahí comenzar a prostituirlas. Las condiciones higiénicas eran deplorables lo que causaba múltiples infecciones.
“¡Eran infernales!”, tituló la revista sensacionalista Alarma! en su portada de enero de 1964, mostrando la fotografía de una de las hermanas, de complexión robusta, ropa oscura y rebozo cubriéndole la cabeza, en actitud retadora rodeada de varios testigos.
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Las hermanas nacieron en El Salto, Jalisco, siendo hijas de un policía porfirista, quien dicen las obligaba a ver las torturas que practicaba.
La detención de las tres mujeres se dio luego de que dos chicas lograron escapar y dar parte a las autoridades, algunas de las cuales ya sabían del lugar, pues presuntamente ocupaban sus servicios.
Para dejar la organización sólo había dos caminos: cumplir 25 años, para luego ser asesinada o bien, desangrarse a causa de los abortos clandestinos que se les practicaban.
En su defensa, las hermanas dijeron que la parte acusatoria era malgradecida, porque gracias a ellas habían logrado salir del lugar donde se encontraban.
El escritor Jorge Ibargüengoitia se basó en el caso para su libro "Las muertas", que luego sería tomado por el realizador Felipe Cazals para rodar en 1976 su cinta Las poquianchis.
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En el filme se ve que la dieta de las adolescentes eran básicamente a puros frijoles. Uno de los personajes asesina a su propia hermana luega de que ésta se cansa de verla defecar.
Las Poquianchis fueron sentenciadas a 40 años de prisión y casi un millón de dólares por concepto de indemnización. Delfina murió a fines de los 60; María Luisa de presunto çáncer a mediados de los 80 y María de Jesús en este siglo, ya en libertad.
Ahora Luis Estrada, director de "El infierno y La Ley de Herodes", tiene la historia en sus manos.
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