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Harvey Weinstein
había calculado todo fríamente para ocultar los casos de hostigamiento sexual que protagonizó por años y que, pese a todos los resguardos que tomó por décadas, salieron a la luz en octubre pasado con un reportaje publicado por The New York Times .
Esta vez, el mismo medio estadounidense dio cuenta de más antecedentes sobre el escándalo, señalando que el ex reputado productor cinematográfico de 65 años contaba con una red de apoyo compuesta por editores, periodistas y representantes de Hollywood, quienes velaban por mantener en secreto los actos del empresario.
Según la investigación del Times , la red de protección de Weinstein incluía a un ex columnista del New York Daily News , a un alto ejecutivo de The National Enquirer y a agentes de cine que decidieron hacer oídos sordos cuando recibieron quejas por el trato del fundador de The Weinstein Company .
El reporte del medio señala a Aj Benza, un antiguo colaborador de espectáculos del New York Daily News, quien fue sólo uno de los tantos escritores que se cuadró con Weinstein, "castigando" a sus rivales o "desviando" amenazas.
La publicación, además, indica que Harvey Weinstein evadió a la prensa con ofertas de historias atractivas, accesos a estrellas y fiestas exclusivas a cambio de su silencio cuando los periodistas se disponían a indagar en las acusaciones de acoso en su contra.
El productor ofrecía la oportunidad de hacer negocios a quienes cubrían su trabajo y sus espaldas. Cerraba tratos de libros y películas con escritores y editores de Fox News, The New York Post y las revistas Premiere, Vanity Fair y Variety.
El Times agrega que David J. Pecker, editor ejecutivo de The National Enquirer ayudó a Weinstein a "recolectar municiones" y que tenía el rol de buscar información para debilitar a los acusadores del cineasta.
Pecker intentó, por ejemplo, frenar con favores a Rose McGowan para que esta no escribiera en sus memorias las agresiones sexuales que sufrió en manos de Harvey. En el ambiente de Hollywood, sus aliados por décadas fueron agentes, los que acordaban reuniones en hoteles entre el productor y actrices, a quienes aconsejaban guardar "silencio" si el resultado de la "negociación salía mal". "Harvey es Harvey", se excusaban los representantes con sus clientes, según la reveladora publicación.
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