La muerte del comediante Leopoldo García Peláez , mejor conocido como Polo Polo dejó conmocionado al mundo del humor, pues desde que comenzó, en la década de los 80, él se convirtió en un icono tanto para las generaciones de comediantes de aquella época, como para los standuperos modernos.

En 2010 Polo Polo hizo sus últimas apariciones en vivo y se esforzó por hacer que su show se transmitiera en la televisión. Desde entonces estuvo alejado tanto del público como de sus ex compañeros de escena como Memo Ríos , quien recuerda que fue aproximadamente en 2017 cuando, debido a la demencia vascular que padecía su familia decidió resguardarlo.

“Me gustó mucho la protección familiar, que buscaron cuidar su imagen y que se fuera con la frente en alto, que la gente no lo viera en esas circunstancias y no porque fuera vergonzoso, sino porque nosotros tenemos una imagen de nuestro amigo, ni a nosotros nos dejaron verlo y por eso felicito a la familia que lo protegió hasta el último de sus días”, dijo Ríos en entrevista.

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Leopoldo se distinguió por hacer comedia en gran medida con un lenguaje en doble sentido, y aunque a veces fue censurado en radio y televisión, fue uno de los primeros en tener un video de su show en vivo.

“Para mí él fue el parteaguas de ese lenguaje de libertinaje y con esa gracia que solamente el tenía y que obviamente fue la escuela de todos los estanduperos modernos”, considera Memo.

El también cantante se enteró de la muerte de su amigo en las primeras horas del 23 de enero, mientras regresaba de un show en San Miguel de Allende, por lo que en el camino de regreso a la Ciudad de México los recuerdos de las experiencias compartidas lo invadieron.

“Los pensamientos siempre se quedan en el corazón, esos no se van nunca, las aventuras, las pláticas, el tiempo compartido, los dolores, las alegrías, las altas, las bajas. La mayoría de las veces fueron alegrías”, recuerda.

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Chabelo, muy cercano a Polo Polo

Chabelo fue una de las personalidades que estuvieron más cerca del comediante, según recuerda Ríos, pues con muchos de los humoristas sólo compartió escenario durante la época dorada del género en los bares de la capital, como en la Zona Rosa.

“A veces durante nuestras giras nos cruzábamos en los aeropuertos y tomábamos café, mientras que en las calles de la Ciudad disfrutamos de la época en la que los turistas y la gente noctámbula recurría a la diversión”cuenta.

El hijo de García Peláez, Paul García, dijo que su padre tuvo una muerte natural rodeado de su familia en casa. Algo que sus amigos consideran digno de su genialidad.

“Yo sé que él descansó de mucha fatiga y eso me da mucha alegría y además dejó tanta huella que no necesitó demostrar más Polo Polo ya está en la historia de la comedia mexicana” señala Ríos.

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