Más Información
El cine suele ser un reflejo de las preocupaciones, motivaciones o anhelos de sus directores de cine, sobre todo cuando inician su carrera tras la lente.
Hablar de lo que conocen, lo que han vivido o sus miedos es algo común o que se ve reflejado en sus trabajos y en el caso del director franco/marfileño Philippe Lacôte su segundo largometraje “Noche de reyes” , es una muestra de ello.
En un parque nacional ubicado en la ciudad de Abidjan en Côte d’Ivoire, una de las ciudades más pobladas de África, se encuentra una enorme cárcel, conocida como La Maca.
Dentro de ella están más de cinco mil reclusos, tres veces más población de la que debería estar ya qué originalmente fue pensada para tener a no más de mil 500 reclusos. Sin contar las condiciones insalubres y de inseguridad que se viven dentro.
Este lugar marcado por la violencia, el abandono y la desesperanza fue un sitio recurrente para Philippe, quien desde pequeño visitaba estas instalaciones para ver a su madre, una activista que fue encarcelada durante un año por participar en protestas que buscaban poner fin al régimen de partido único en el país, que se independizó en 1960.
Durante su estadía en la prision, el joven Phillippe observó todo lo que ahí ocurría y fue un momento que lo marcó tanto que fue algo de lo que quiso reflejar en su segundo filme “Noche de reyes”, filme que fue reconocido en el Festival de Cine de Sundance.
“Decidí hacer esta película porque esta historia de mi amigo de la infancia estaba relacionada con mi propia historia. Cuando era niño, mi madre estaba presa en La Maca por motivos políticos y yo viajaba una vez a la semana en un taxi colectivo para verla. Para mí de niño era como un reino, con reyes y reinas, y guardaba imágenes y sonidos muy fuertes de este lugar”, recordó el director a EL Universal.
“Noche de reyes” llega tras su laureado trabajo en “Run” (2014), una historia que confiesa no solo se alimenta de sus experiencias, sino también de algunos amigos y gente a sus alrededor.
Estas experiencias el director las recuerda no con dolor o tristeza sino con orgullo. Incluso a su corta edad sabía que su madre estaba allí porque había luchado por la democracia bajo el gobierno autocrático de Félix Houphouët-Boigny,
“De alguna manera quería retratar todos ese recuerdo que tenía y hablar del horror de la prisión pero también de la esperanza que existe en algunos de los internos. Quería hablar de la violencia que ahí se vive, pero no de esa violencia física, en la película rara vez ocurre, lo que menos queríamos era disparar violencia. Hay suficiente violencia a donde quiera que miremos. Lo que nos interesaba saber es ¿por qué ocurre o se desata la violencia?, esa es nuestra tesis en la película”, detalló el director.
rad