Susana, o La Zabaleta,

como prefiere que la llamen, se presentó este domingo en la Sala Nezahualcóyotl para llevar a su público el concierto "Adentro", para homenajear las canciones, músicos y personas que representan un antes y un después en su carrera.

Dicen que afuera nada existe, solo adentro y si no pregúntenle a Caifanes, La Zabaleta lo sabe y por esto tituló así su concierto.

Rodeada de batería, trompetas, saxofón, piano y otros tantos instrumentos, Zabaleta dio un pequeño recorrido por las canciones que han marcado su carrera, un repertorio muy versátil, desde Jarabe de Palo y La Maldita Vecindad, hasta Armando Manzanero y Consuelo Velázquez, fiel a su estilo sensual y bohemio.

Adentro es para Susana un viaje al pasado y a los recuerdos, porque suele decir Gabriel García Márquez que “la vida no es lo que uno vivió, sino no lo que uno recuerda, y como la recuerda para contarla” y claro, cada canción o cada nota es capaz de llevarnos a algún momento en la memoria y recordar en donde estábamos, con quién jugábamos, a quién amábamos.

Si algo hay que reconocer de este concierto son los músicos, forman un binomio perfecto entre la voz de Susana y los instrumentos, y claro si la acompañaron “desde que tocábamos en un congal de mala muerte hasta Bellas Artes o Buenos Aires” por eso se merecen que La Zabaleta los reconozca uno por uno, desde su baterista tocando un solo, una escena muy parecida a “Whiplash”, hasta sus trompetistas que le abren con una magnifica sensualidad la canción “Kumbala” de la Maldita Vecindad, el protagonismo fue compartido.

El público no dudó en aplaudir y rendirse en cada canción, tanto le llegó al auditorio que el llanto de algunos podía escucharse al momento que La Zabaleta cantó “Contigo Aprendí” del maestro Manzanero, y por supuesto al final de la canción la sala vibró con el aplauso de los presentes y es que la potencia de su voz brilla cuando canta una balada como cuando se retira el micrófono para recitar una ópera a todo pulmón.

Y si de brillar hablamos, Leonardo Sánchez fue la sorpresa de la noche, un tenor de 23 años al que Susana dice haber conocido una noche antes del concierto, pero que la hizo rendirse ante su talento y deslumbrante voz, la Sala Neza pudo comprobarlo y se estremeció con la interpretación del tenor para despedirlo entre aplausos y ovaciones porque en unos días viajará a Suecia para continuar en el viejo continente su carrera como cantante.

Un concierto de muchos matices, algo diferente a lo habitual, los sonidos de un piano seguidos de la guitarra eléctrica o un par de bongós, su diseñador confeccionando al pie del escenario una parte del vestido de La Zabaleta y su maquillista luciendo como una auténtica Drag Queen, todo un show para disfrutar desde cualquier arista.

Y para rematar su presentación, un clásico de la música mexicana: “Bésame Mucho” para poner a palpitar el corazón de cada una de las personas adentro y despedirse en esta ocasión de la Sala Nezahualcóyotl entre aplausos y ovaciones, y al final todo se queda adentro.

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