
Óscar Chávez pudo ser una estrella en el set, pero nunca le atrajo ser alguien que llamara tanto la atención, recuerda Fernando Pérez Gavilán, productor de la película "Los caifanes".
En 1966, el trovador fallecido el jueves a causa del Covid-19, integró el elenco del filme a invitación del director Juan Ibáñez. Chávez ya hacía presentaciones como cantante y el cineasta le había asignado el papel de El Estilos, el caifán que podía con todo.
“Algo tenía Oscar y es que era muy positivo y sabía lo que quería”, recuerda Pérez Gavilán.
“Después de Los caifanes hizo El oficio más antiguo del mundo (1968) y se le propuso más cine pero era un poco solitario, no le gustaba llamar la atención, no era de tener mucha gente alrededor”.
En el rodaje, Chávez e Ibáñez decidieron sumar escenas con canciones. A Pérez Gavilán no le sorprendió, pues sabía de la pasión musical del primero. Por ello se oye “La niña de guatemala” y “El pájaro y el chanate”.
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La última vez que vio a Chávez fue a principios de año.
“Estaba contento con las presentaciones que tenía, estaba feliz, era una persona positiva”.
Ayer se informó que las cenizas de Óscar Chávez fueron entregadas a su esposa, la exbailarina y coreógrafa Raquel Vázquez.
Valentina López, representante del cantante, dijo que los restos están en su casa hasta que las condiciones sanitarias mejoren y se pueda hacer funeral.
Ayer también, el Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, al cerrar su conferencia matutina, homenajeó al músico al escuchar “Por ti”, uno de sus grandes éxitos.
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