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Luis Miguel, la serie no sólo reposicionó la carrera del cantante, también una práctica que está peligro de extinción: comprar discos físicos.
No importa que toda la música de El Sol esté en YouTube o en servicios digitales, el formato físico es de lo más codiciado.
En algún lugar de la Ciudad de México se pagan 900 pesos por un acetato importado de Colombia, alguien compra 16 CDs grabados con Warner o se da a la afanosa tarea de hallar los de su niñez ( grabados con EMI), que no se publican más. También, para completar la colección, adquieren el de Diego Boneta, basado en la serie Este último, de Sony Music, fue lanzado en físico el sábado pasado y, según los encargados de Mixup, ha sido un éxito de ventas.
A penas se estrenó el proyecto de Netflix, en abril, esta cadena decidió colocar stands dedicados a la trayectoria de Luis Miguel desde que firmó con Warner Music.
“Planeábamos quitar el stand a finales de junio, pero la gente los pide mucho y lo extendimos”, comenta Rubén Cortés, encargado de las ventas de Luis Miguel en la sucursal de Madero.
El reto de tener un vinilo. El tesoro de la corona no son los CDs, sino en los acetatos.
La tienda Déjalo ser records, ubicada en Donato Guerra 14, en la Juárez, se ha quedado sin opciones. Juan Celis, uno de los dueños, reconoce que la demanda subió a raíz de la serie, aunque Luis Miguel siempre es solicitado.
El rango de sus discos es de entre 100 y 300 pesos. La transacción es oferta y demanda pura: gente que llega a comprar o vender. Eduardo Romero, de 45 años, es uno de ellos. Está emocionado pues se llevó el último disco de Luis Miguel del día: un EP de la canción “Será que no me amas” que compró a 150 pesos.
“Aunque las nuevas generaciones compren acetatos, no es lo mismo. Para nosotros, que vivimos el ritual de colocarlos en consolas, es una idea de pertenencia, toda una experiencia que nos lleva a buenos años”, dice.
Música En Vinyl, ubicado en Jalapa 164, en la Roma, cuenta con un catálogo de más de 37 mil títulos y ninguno es de Luismi: se acaban rápido y sólo poseen Romances en formato CD. Tampoco quedan cassettes del artista.
En el número 125 de la misma calle se encuentra Retroactivo, cuyo catálogo, de momento, tampoco contiene a Luis Miguel. Claudio Pérez, el dueño, reconoce que los discos tienen mucha demanda y que algunos de los más codiciados son las versiones de Colombia.
Los encargados de las tiendas coinciden que estas ediciones son especiales porque, desde 1993, México dejó de publicar vinilos; algo que no sucedió en ese país.
En la actualidad, no es difícil escuchar todos los temas de Luis MIguel. En Spotify, por ejemplo, está el catálogo completo que incluye el disco Directo al corazón (1982) Además de rarezas, como Canta en italiano (1985). Estos se pueden comprar (12 pesos la canción) en Apple Music y Google Play. Hay videos en YouTube y se descargan en la cuenta Premium.
Aún así, hay pujas fuertes en línea. Mercado libre contiene una versión usada por 450 pesos de discos de EMI. En Amazon, los más pedidos son Busca una mujer y Soy como quiero ser, que tienen un costo de 505 pesos y 864, respectivamente.
Una edición de Busca una mujer, exclusiva para prensa y radio, es vendida por 2 mil pesos. Y la demanda aumenta.