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El 23 de julio de 2011 el mundo recibió la noticia del fallecimiento de la cantante británica Amy Winehouse.
Con una carrera en ascenso, considerada una de las mejores voces del momento, la joven de 27 años fue encontrada sin vida en su hogar en Londres, Inglaterra a causa de una intoxicación etílica ; los resultados de los exámenes mostraron que el cuerpo de Winehouse tenía cantidades de alcohol demasiado altas.
Pero así como su muerte fue polémica y trágica, la vida de Amy estuvo llena de altibajos.
Si bien su talento la llevó a llevarse reconocimientos como los cinco premios Grammy que ganó en 2008, sus adicciones fueron permeando en su salud e incluso afectaron sus presentaciones en vivo e imagen pública.
Parte de su adicción a las drogas se le atribuye a la relación que tuvo con Blake Fielder-Civil a quien conoció cuando tenía 21 años aproximadamente y consideró el amor de su vida. Tras terminar en 2005 cayó en una depresión, bulimia y consumo de pastillas , situación de la que se logró recuperar para grabar el que fue su último álbum de estudio Back to Black.
Sin embargo, al retomar su relación con Blake en 2007, contrajeron matrimonio y la pareja comenzó a consumir drogas duras, incluso el propio Blake llegó a confesar que él la indujo en el consumo de heroína.
Las adicciones de Amy son visibles en algunas presentaciones en vivo, una de ellas la que ofreció en 2008 en Rock in Río en Lisboa , donde sus seguidores consideran que subió al escenario borracha.
En 2008 en Rock in Río en Lisboa. Foto: Archivo AP
Sin embargo, ya liberada de su relación con Blake Winehouse intentó rehabilitarse en un par de ocasiones e incluso comenzó una nueva relación, aunque finalmente sería el alcohol el que terminaría con su vida aquel 23 de julio con tan sólo 27 años, edad que además la ha llevado a formar parte del llamado "Club de los 27" debido a que celebridades de la talla de Kurt Cobain han muerto a esa edad.
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