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Cuando Pablo Alborán tenía 20 años era un éxito en su natal España, vendía millones de discos, llenaba grandes recintos y buscaba conquistar al público mexicano, algo que tardó años en conseguir.

Antes de que esto sucediera con su actual disco Prometo, Alborán tuvo que hacer una pausa de dos años, tiempo en el que dejó que su mente descansara y su creatividad se disparara de nuevo.

“Paré porque sentía que quería llorar y no podía llorar, quería reír y no podía reír, quería escribir y no podía escribir, porque no tenía nada que contar. Me estaba copiando a mí mismo y, como lo dijo Shakira, lo peor que le puede pasar a un músico es copiarse a sí mismo. Estaba metido en una vorágine sin parar y necesitaba un tiempo”, dijo.

Sin embargo, algo que nunca dejó de lado en estos años de retiro fue su intención de conquistar México, país que, al parecer, tras varios intentos, está sucumbiendo ante las letras y el ritmo del malagueño de 28 años.

“México es un país muy grande y para lograrlo aquí hay que venir, venir y seguir viniendo sin quitar la meta, además creo que venir a México también me ha abierto la puerta para llegar a muchos otros países. Aparte la raíz que tiene México es tremendamente inspiradora y hace que esté presente en mi música siempre”, explicó el cantautor.

Alborán llegó a la conclusión de que México le sirve de inspiración tras conocer algunos rincones del país cuando hace unos años decidió recorrer algunos pueblos mágicos como San Miguel de Allende.

“Al principio de mi carrera prestaba poca atención a los lugares en los que estaba, todo lo hacía de manera automatizada, luego descubrí México, visité sus lugares y comencé a disfrutar y me enamore de este país”, explicó.

Uno de los cambios que plasma en su nuevo disco es la inclusión de géneros con los que antes no había probado y una muestra de ello se escucha en temas como “No vaya a ser”, en el que incluso juega con los ritmos urbanos.

“El que haya distintos ritmos no fue algo natural, no fue premeditado, no es que haya querido meterlos porque crea que debo de hacerlo o porque están de moda. El disco es una mezcla de ritmos, hay desde bossa nova, ballenato, urbano y también baladas”, detalló.

Por lo pronto el cantante regresará al país en marzo próximo para ofrecer seis fechas por diversas partes del país, incuyendo el Auditorio Nacional, recinto que deseaba pisar desde que llegó por primera vez a México.

“Es una emoción grande, porque siempre había escuchado del Auditorio y desde que vine la primera vez dije “algún día quiero estar ahí” y bueno, ahora parece que se cumplirá”, añadió.

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