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La noche de este sábado la banda uruguaya El cuarteto de nos dio cátedra de lo absurdo, lo político y lo existencial como pocos pueden jactarse de hacerlo en cuanto al rock latinoamericano actual.
Desde hace poco menos de medio siglo de existencia la banda liderada por Roberto Musso ha creado su propio lenguaje filosófico combinando el humor negro y el existencialismo pop, ahora con su gira “Puertas”, dedicada a su último álbum, los uruguayos entraron por la puerta grande al Palacio de los Deportes.
El primer portón que tocaron de forma contundente la noche del sábado fue el de “Cara de nada” del más reciente disco “Puertas”, toquidos que fueron escuchados por los miles de asistentes en el Domo de Cobre, que cual si fuera la proverbial procesión navideña, fueron bien recibidos con cantos enérgicos y vítores monumentales.
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Le siguieron accesos icónicos como “El hijo de Hernández” y “Ya no sé qué hacer conmigo”, que siguieron con los potentes coros, quizás los más estridentes de la noche. Pero la banda uruguaya no se quedó solo con las clásicas puertas que atañen a la nostalgia, también golpearon los más recientes pórticos de su disco que da nombre a la gira.
“En el cuarto de Nico”, “Ganaron los malos”, “El perro de Alcibíades” y “Esplín”, perteneciente a este álbum sonaron con fuerza, muy bien recibidos por la fanaticada que en ocasiones puede contradecirse al querer nuevas canciones pero siempre pedir en los shows los infaltables clásicos.
Es verdad lo que le comentaba Musso a EL UNIVERSAL, la gran mayoría del público presente el sábado en el Palacio de los Deportes estaba confirmado por las juventudes, que desde antes que salieran los uruguayos ya se mostraban entusiasmados de verlos, algunos por primera vez.

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“Hola, hola queridos amigos, que enorme placer tocar una vez más aquí en lo que todos ustedes saben el show más grande de el Cuarteto en este hermoso país, así que somos todos cómplices, muchas gracias por venir, por el soldout desde hace algún tiempo, no entra en el corazón tanto agradecimiento, inevitablemente uno hace un balance en la parte artística, personal, llegamos a Ciudad de México en lugares chiquitos, ahora en el Palacio sabemos que hay un montón de chicos que es la primera vez que ven al Cuarteto en vivo”, dijo antes de abrir la puerta de “Algo mejor que hacer”.
“Lo malo de ser bueno”, “Fiesta en lo del Dr. Hermes”, “Cómo pasa el tiempo” continuaron la efervescente noche que literalmente no bajaba el ánimo hasta este momento.
“La visión que se ve desde acá es maravillosa”, dijo Musso refiriéndose a los miles de fanáticos que llenaron el Domo de Cobre.
“Mario Neta” trajo el ritmo más guapachoso fusionado con el rock latinoamericano de la banda a una noche de por sí que parecía imparable e inagotable de energía pero fue, un buen momento para que Musso tomara un breve descanso e hidratarse.
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En un momento crítico llegó con el tema “El perro de Alcibíades” con la historia que ha contado siempre que interpreta la canción y el mensaje de las cortinas de humo que desde tiempos de la antigua Grecia sigue pasando, Musso recordó que a más de dos mil años después seguimos viendo y hablando de la cola del perro y no de lo que verdaderamente importa.
“Buscaba una palabra para poder describir el show, saben que nosotros ocupamos las palabras y damos vueltas para llegar al punto, es un auto desafío minimalista de poder definirlo con una palabra y llegué a esa palabra, ¿simpático?, ¿correcto?, esta sensación extrasensorial me dice que están pensando que las canciones del cuarteto las hace chat gpt, pero estamos diez mil pasos adelantados, esto es un maldito show”, dijo con humor Musso antes de interpretar “Maldito show”.
Seguido con la idea de que las letras de Cuarteto de Nos no las hace la IA se dio la presentación de “Contrapunto para humano y computadora” hecho en 2019 para el disco “Jueves”, donde Musso dijo a El Universal que era un tema de una conversación entre una computadora humanizada y un humano deshumanizado.
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Ante una pausa un tanto larga la gente se comenzó a desesperar, a chiflar y a gritar palabras altisonantes, pausa que duraría sólo algunos minutos, pero el aplauso de los presentes y los gritos de “Cuarteto, cuarteto” motivaba a la banda a regresar, Santiago Marrero, bajista de la banda, salió a excusarse por la tardanza, la cual fue porque Roberto Musso se cayó al salir de la última canción y se hizo un par de raspones en un brazo y en la pierna, algo leve que ya estaba siendo atendido.
Pero el show debe de continuar y ya con vendaje en el antebrazo derecho Musso regresó al escenario para cantar “Esplín” presumiendo las marcas de la batalla, y como si hubiese sido planeado el uruguayo pasó a cantar “No llorar”.
Siguió un combo casi como puerta giratoria primero con “Rorschach” seguido de “Me amo” donde recordó el vocalista que precisamente estas láminas del test de Rorschach que mide diversos aspectos de la personalidad profunda normal y patológica, hay una que según como se mire son dos personas que están abrazados o peleando, la imagen es la misma y cada uno elige qué ver.
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“Yo a veces veo esa lamina y me vi peleándome conmigo mismo y más adelante vi la misma mancha y me vi abrazándome conmigo mismo y es fue el momento del verdadero comienzo del autoestima", dijo Musso antes de cantar “Me amo”.
Para la ronda final Cuarteto de Nos tocó las últimas puertas de la noche, las cuales se abrieron de par en par y mostraron su universo particular en “Cinturón gris”, “Gaucho Power”, “Invierno del 92”, “Miguel gritar” y por último “Yendo a la casa de Damián”.
Niños, jóvenes y adultos se despidieron con la mirada atónita y el cansancio en la garganta por tanto canto, mientras reciben el adiós de la banda uruguaya, es verdad lo que dicen los fanáticos ‘no hay edad para ser fanatico de Cuarteto de Nos’, como replicaba una jovencita de alrededor de 12 años mientras salía del Palacio de los Deportes acompañada por su padre.
dft
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