Sao Paulo.— “Acaba de morir una persona y estáis aquí como si la vida no valiese nada”, gritó un artista vestido de dorado desde la pasarela durante el desfile de clausura en la noche de este sábado de la 47 edición de la Semana de la Moda de Sao Paulo, el mayor evento del sector de la moda en Brasil.

El cantante dirigió estas palabras al público durante el desfile de la colección de la marca Cavarela para criticar a la organización por continuar con el evento tras la muerte de un modelo de 26 años que sufrió un “mal súbito” mientras desfilaba apenas unas horas antes.

Tales Cotta, que era modelo da la agencia Base MGE, sufrió un desmayo y quedó tendido en la pasarela, ante un atónito público, cuando desfilaba vistiendo las confecciones de la marca Ocksa.

El joven recibió atención médica en la pasarela y alcanzó a ser conducido con vida a un hospital, pero no resistió y murió cuando era atendido por los médicos.

Aunque la organización del evento tuvo algunas dudas, finalmente la programación continuó con normalidad y se realizaron los dos desfiles que quedaban, los de las marcas Ponto Firme y Cavalera.

Durante este último, varios artistas salieron a la pasarela para animar el desfile con sus canciones, menos uno de ellos, que decidió cambiar la actuación programada para hacer un alegato contra lo que estaba sucediendo en aquel momento.

“No deberías estar aquí, no deberíamos estar aquí”, gritó señalando a todo el público, y añadió “acaba de morir una persona y estáis aquí como si la vida no valiese nada”, para segundos después abandonar la pasarela, a diferencia del resto de artistas, que permanecieron sentados en un sofá allí instalado mientras transcurría el desfile.

Cavalera, la firma de Alberto Hiar, cerró esta 47 edición de la Semana de la Moda de Sao Paulo y lo hizo con una colección que, con el título “vuelta a las raíces”, inundó el espacio de colores neón y una mezcla atrevida de motivos.

Tras pedir un minuto de silencio en honor a Tales Cotta, la marca de Gustavo Silvestre llevó a cabo un desfile que se convirtió en todo un manifiesto de reivindicación.

En apenas siete minutos, la firma colocó sobre la pasarela la lucha por los derechos de los presos y el racismo institucional en Brasil a través de las palabras que sonaban en sustitución de la habitual música, carteles que portaban los propios modelos y hasta un rap.

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