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En 2011 surgió el Estímulo Fiscal al Teatro 226 Bis (Efiteatro) con el fin de impulsar la producción teatral en todo México. Pero siete años después, la realidad es que el mayor número de proyectos beneficiados a través de este recurso se concentran en la Ciudad de México.

“El 90% de los proyectos beneficiados provienen de la Ciudad de México y la zona metropolitana, sólo el 10% corresponde al interior de la República; es por eso que se han impartido talleres y cursos de capacitación con el fin de que los interesados aprendan de una manera clara cómo aplicar a este beneficio, desde negociar con la empresa que buscan que apoye el proyecto, hasta el llenado correcto de la solicitud, para que de esta manera este porcentaje aumente”, comenta Paulina Soto Oliver, subdirectora de proyectos especiales de la Coordinación Nacional de Teatro del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) y coordinadora de Efiteatro.

Para el productor teatral Jorge Ortiz de Pinedo, quien ha recibido en tres ocasiones el apoyo de Efiteatro con las obras 12 hombres en pugna, La dalia negra y Atracción fatal; este desequilibrio es un panorama lógico, ya que la producción teatral se sigue desarrollando en la capital.

“Aquí es donde hay una industria teatral, en el interior del país las únicas ciudades que tienen teatro profesional y compañías de teatro establecidas son Monterrey, Guadalajara, Mérida, Culiacán, Sinaloa, Puebla y Veracruz, es decir, pocos son los estados que le dan importancia al teatro, que lo apoyan y crean afición a éste”, dice Ortiz de Pinedo.

“Hacer teatro en el interior del país es sumamente complicado, los teatros son carísimos, rentan los teatros de una manera brutal a quienes hacen teatro profesional y arriesgamos dinero, entonces ahí hay un problema grave porque no siempre está respaldada la producción teatral, porque además los impuestos locales son altísimos”.

Es por eso que para las compañías independientes es importante recibir el aporte de Efiteatro, que puede ser de un máximo de 2 millones de pesos. Se debe tomar en cuenta, además, que el crédito fiscal significa el 80% de la inversión para levantar una obra, por lo que el responsable del proyecto debe poner el otro 20%.

De modo que, como explica la actriz Frida Astrid Orozco, cuyo proyecto Ciudad monstruo fue beneficiada en 2017, la labor del aspirante a este crédito fiscal comienza mucho antes de solicitarlo.

“Primero es que la empresa crea en ti. A ellas no les cuesta darte el dinero porque lo sacan de sus impuestos, pero a esa empresa le tienen que hacer una auditoría, entonces la mayoría no están dispuestas a prestarse a eso, por lo tanto el primer paso es vender tu proyecto a una empresa y es un gran reto, porque debe haber disposición a apoyar el arte a través de su ISR”, indica la actriz.

Es debido a esto que el INBA también da capacitación a las empresas interesadas en apoyar, porque aún hay desconocimiento de que pueden participar a través del artículo 190 de la Ley del Impuesto sobre la Renta: “Se puede deducir hasta el 10% de su ISR, es un costo que tiene el erario público, no el contribuyente, pero en ocasiones son un poco temerosos de este tipo de estímulos porque piensan que a lo mejor les va a traer algún tipo de consecuencia, pero es todo lo contrario”, señala Paulina Soto.

Aun así, la coordinadora del Efiteatro comenta que cada año el interés de la comunidad artística de participar para obtener este beneficio crece, al menos en un 30% o 40% en los proyectos presentados.

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