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En la calle de Génova, en el corazón de la Zona Rosa, un espacio en la década de los 90 y principios de los 2000 se convirtió en el punto medular de los amantes de la música: la tienda Mixup, que durante 34 años desempeñó la labor que las plataformas digitales hacen hoy.
No sólo eso. Era ahí donde la gente joven encontraba los discos del momento, las series más populares, lo último en videojuegos e incluso el top en libros. Esos tiempos han quedado atrás. Hoy, los estantes del Mixup de Génova lucen casi vacíos, con artículos básicos para seguir prestando servicio hasta esta noche, cuando atiendan al último cliente y cierre sus puertas para siempre.
“Esta tienda, sin duda, es la más importante en la historia de Mixup y por eso es triste para tanta gente que cierre”, dice Lucila Zetina, gerente de marketing de Mixup.
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
“Eso que están haciendo —señala a un par de personas que buscaban en los estantes de CD’s—: el buscar por letra, el arte de mover los dedos para encontrar algo, el buscar por portada, género o lo último que llegó, eso es algo que las nuevas generaciones se van a perder”.
Anna Reinisch, gerente de mercadotecnia de la empresa, explica que una de las razones principales por las cuales cierra la sucursal de Génova es el descuido y la inseguridad en que está inmersa la Zona Rosa, que no sólo se ha llenado de “bares, basura, personas en situación de calle y delincuencia”.
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Por esto, aclara, ha dejado de ser un lugar atractivo para los turistas y los capitalinos en general, y poca gente visita ya la tienda.
Desde que se dio a conocer que el lugar cerraba, la gente se ha volcado en redes sociales a compartir sus vivencias en este espacio; incluso algunos se han presentado en esta sucursal para sacarse la foto del recuerdo, cuenta Martín Pallares, quien durante 27 años ha sido vendedor en esta tienda.
“La gente ha venido toda esta semana y nos ha compartido sus anécdotas, desde que conocieron aquí a su esposa hasta que la tienda era el punto de reunión de los amigos; eso te genera una gran satisfacción, porque en verdad quieren a este lugar”, comparte Martín.
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Más que discos
Pero la magia que tiene el Mixup de Génova va más allá de los artículos que vende.
Cuando las redes sociales aún no existían, la única manera en que un fan podía tener contacto directo con una banda o artista era a través de las firmas de autógrafos o showcases (mini conciertos) que se organizaban en este sitio. Algunos de estos eventos fueron de tal magnitud que ya forman parte de la historia del espectáculo en México.
“Me acuerdo de Café Tacvba (en 2003), llegó tal cantidad de gente (más de 7 mil personas), que la verdad sí fue muy difícil de manejarlo, así que los tacvbos tuvieron que subir a la azotea y saludar a sus fans desde allá, como si estuvieran en un palco”, recuerda Martín Pallares.
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Lo que hace aún más increíble esta situación, según explicó Lucila, es que la gente se organizaba a partir de lo que se daba a conocer en la radio. Por ejemplo, se anunciaba una firma de equis artista en esta tienda y comenzaban a correr la voz entre los amigos y clubs de fans.
“Nosotros no teníamos forma de medir cuánta gente iba a llegar. Había eventos tan sorpresivos como lo sucedido con Rammstein en 2001, que mucha gente se quedó a la firma porque, al ir pasando, se dio cuenta de la actividad; cuando el grupo llegó y vio la cantidad de gente, decidió no hacer la firma: subieron a la azotea a saludar. Para ese momento ya había más de 3 mil personas en la estrecha calle de Génova y comenzaron a aventarse”, anota Anna.
Anna y Lucila recuerdan que bandas como La Gusana Ciega, Resorte, Plastilina Mosh y Control Machete, por mencionar algunas, encontraron aquí el espacio para dar a conocer su propuesta musical, porque además de las firmas, algunos de ellos ofrecieron pequeños conciertos en sus instalaciones.
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“Nos damos cuenta de la trascendencia de este espacio para miles en estos 34 años”, expresa Lucila.
También hubo un tiempo en que las disqueras hicieron sinergia con Mixup, así sus artistas emergentes visitaban las tiendas, y muchos pasaron por la sucursal de Génova.
“Me acuerdo perfecto que en sus inicios Natalia Lafourcade, Ha*Ash y Sin Bandera llegaban a la tienda por sorpresa, traían su guitarra y cantaban, entonces en ese momento la gente compraba el disco. Un detalle muy bonito que me viene a la mente es que una chica llegó con Noel Schajris, de Sin Bandera, y le dijo: ‘yo quiero tu disco, pero no me alcanza’, entonces él se lo compró y se lo dio”, comparte Anna.
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Todo lo que hay en el interior de esta sucursal, como los discos, mangas, juegos de video, libros, CD’s, entre otras cosas, será repartido en las 43 tiendas Mixup que quedan, y el equipo de 11 personas que trabajaban en el lugar se separará, ya que cada uno será reubicado.
Así que cuando a Martín le toque apagar por última vez las luces esta noche, un capítulo muy entrañable en la vida de las generaciones X y millennials habrá terminado, y en las paredes de este lugar resonarán las glorias del pasado.