El se convirtió en un mar de recuerdos este domingo cuando más de 70 mil personas se dieron cita para presenciar un homenaje inolvidable al Divo de Juárez, . A las 7 de la noche, la plancha del Zócalo ya estaba abarrotada, y una voz femenina anunció el inicio de esta exhibición: "Una vez más, Juan Gabriel nos reúne en el Zócalo". La multitud respondió con entusiasmo, acercándose a las pantallas gigantes donde se proyectaría la presentación "Mis 40 en Bellas Artes".

Fanáticos de todas las edades, desde niños hasta adultos mayores, llegaron desde distintos puntos de la ciudad y más allá para disfrutar de este tributo. Clubes de fans y personas vestidas como el cantante, con trajes llenos de lentejuelas y color, llenaron el ambiente con la misma energía que el propio Juan Gabriel solía irradiar. Guadalupe, una fan incondicional, destacó entre la multitud con una manta con el rostro del cantante, un recuerdo del homenaje que le realizaron en Bellas Artes tras su fallecimiento en 2016.

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Mientras algunos tomaban asiento en las partes más alejadas, otros preferían estar lo más cerca posible de las pantallas, ansiosos por revivir cada momento del icónico concierto de 2013. Y es que desde los primeros acordes de "Parácuaro" y "Mi Pueblito", el ambiente se tornó nostálgico, pero fue con "Querida" cuando la pasión se desbordó, logrando que miles de voces se unieran en un coro masivo. La energía continuó en aumento cuando sonó "Caray", que convirtió la plancha del Zócalo en una pista de baile improvisada.

Una de las características más conmovedoras de este evento fue la diversidad del público. Familias enteras, jóvenes con coronas de luces y parejas de todos los géneros bailaban abrazados, demostrando que la música de Juan Gabriel es atemporal y une a las generaciones. En este homenaje, la comunidad LGBT+ también tuvo un papel importante, ya que muchas de sus canciones han sido refugios emocionales para quienes buscan aceptación y amor.

A lo largo de la noche, el cielo amenazaba con descargar una tormenta, pero eso no detuvo a la multitud, que continuaba disfrutando de cada canción. Con temas como "He Venido a Pedirte Perdón" y "Abrázame Muy Fuerte", los asistentes cantaron a todo pulmón, y el clímax llegó con la emblemática "El Noa Noa", donde incluso se formaron ruedas de baile espontáneas. Cuando sonaban las últimas canciones, la lluvia finalmente hizo acto de presencia, pero lejos de dispersar a la gente, el ánimo se mantuvo intacto. Bajo paraguas y capas, los fanáticos continuaron cantando y bailando, decididos a disfrutar cada segundo de la velada.

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Lo que se vivió esa noche en el Zócalo fue un claro testimonio de que Juan Gabriel sigue siendo un ícono inmortal en la cultura mexicana. A pesar de que el evento fue una proyección grabada, la respuesta del público fue como si el Divo de Juárez estuviera presente en carne y hueso.

Este homenaje no solo sirvió para recordar su icónica presentación en Bellas Artes en 2013, que se transformó en un álbum en vivo que vendió más de 5 millones de copias, sino también para celebrar el legado del artista. "Mis 40 en Bellas Artes", grabado en 4K con 185 micrófonos y 15 cámaras, marcó un antes y un después en la industria musical, consagrando a Juan Gabriel como el primer artista latino en grabar un concierto en ese formato. Su éxito fue tal que el álbum se mantuvo por más de 30 semanas en el número uno de ventas en Billboard, iTunes y Spotify.

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melc

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