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Maite Perroni
creció en una familia en la que desde muy joven sus padres le hablaron a ella y sus hermanos sobre sexualidad, tema que aún es tabú en la sociedad mexicana pero que ella espera que cada vez menos, específicamente en torno a las mujeres, quienes han sido encasilladas en cómo deben vivir su sexualidad y cuáles son los “comportamientos” permitidos para ellas.
“Creo que esta es una sociedad llena de estereotipos, de prejuicios. Al hombre se le aplaude y se le ponen medallas de oro por tener una vida sexual activa mientras que a la mujer se le sataniza por tener una vida sexual activa, tenemos que ser ‘mujeres decentes’. Si una mujer decide vivir su sexualidad, es etiquetada de forma negativa y no estoy de acuerdo, creo que tanto la mujer como el hombre tienen derecho a disfrutar de su sexualidad en libertad”, dijo Maite.
Desesperada, confundida, Alma decide tener una aventura y redescubrir eso que ya no siente: deseo, pasar una noche con un desconocido que le dé eso que no tiene en su matrimonio. Así, conoce a Darío (Speitzer) un joven mucho más joven que ella que la llevará a redescubrirse en la sexualidad, el miedo, la incertidumbre y el peligro.
“Al mostrar estos personajes lo que haces —de una manera indirecta— es compartir que las mujeres también tenemos deseos, necesidades. Ponerlo sobre la mesa es tener ante los ojos de los espectadores una realidad que ha estado allí, de la que hay que hablar”.
La actriz describió este contenido como un thriller erótico, donde la sexualidad juega un papel importante, pero no lo es todo, ya que los personajes atraviesan por distintos procesos personales, que los llevan a tomar decisiones, a veces equivocadas, pero negó que sea una telenovela.
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