Tomando “cervecitas” fue como surgió la idea del más reciente trabajo de la realizadora Alejandra Márquez Abella: una serie que fue hecha entre amigas (Johanna Murillo, Cassandra Ciangherotti, Ilse Salas y Alejandra) hablando desde la intimidad, y que se hizo compleja cuando la realizadora se involucró en las inquietudes de mujeres en la industria del cine nacional.
“Este proyecto nació de muchas cosas que pasaron al mismo tiempo: al seguir trabajando juntas, pensamos ‘nosotras decidimos lo que hacemos’, y todo fue sucediendo a partir de eso”, comenta.
También se dio el MeToo, y las amigas se involucraron con Ya es hora (colectivo feminista en favor de los derechos de las actrices).
Lee también: Qué buena hora y su nueva temporada
“Empecé a ir a las asambleas de las escritoras, de las cineastas, me involucré con las feministas me di cuenta que quería hacer algo para visibilizar esto”, cuenta Alejandra durante la presentación de su serie en la Cineteca Nacional.
A partir de esa militancia, a la directora se le ocurrió una historia para seguir abonando a la discusión sobre el feminismo en la industria del cine, y del movimiento feminista en general en México, y también difundirlo.
“El movimiento feminista sigue avanzando, renovándose, no quiero decir que con esto yo voy a reactivarlo, de hecho me quiero alejar de la bandera de las causas feministas, que me parecen gloriosas. Pero no quería que la serie se colgara de esa gloria”, explica.
Explicar sin aleccionar
La liberación, que se estrenará el 17 de enero, busca, desde la comedia, mostrar las historias de tres mujeres que comienzan a sanar las heridas que les dejó el patriarcado.
Lee también: Eiza González es evacuada de su casa por incendios en Los Ángeles: “Esta es la peor pesadilla”
”Veo en la intención explicar el feminismo, aleccionar de una forma muy elemental que no está rompiendo, ni buscando dar ninguna verdad innovadora pero está ejemplificando desde algo que nos puede pasar a cualquiera”, dice.
Para lograr que su mensaje fuera masticado, recurrió a su vínculo con Amazon, haciéndolo desde el tono de la serie, que tendrá cuadros divertidos, y otros tensos.
“Mi misión era ‘popificar’ una problemática. Si el pop nos está utilizando para lucrar con nuestra causa, hay que utilizarlo para difundirla”, señala.