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El príncipe Harry y Meghan Markle viven alejados de la corona británica y es poco y nada lo que se sabe de ellos. La última aparición importante del hijo del rey Carlos III fue justamente la coronación de su padre, a la que asistió sin su familia.
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Luego de la glamorosa boda de Meghan Markle y el joven inglés, los duques de Sussex decidieron seguir su camino lejos de las disputas por las herencias ni las coronas. Para muchos era algo más que probable por el temperamento del joven rebelde que ya desde adolescente se diferenciaba del exigente protocolo inglés.
Lo cierto es que la vida de lujos que tienen no los ha alejado de los problemas de salud. Como bien suele decirse, hay que cosas que el dinero no puede comprar, como tampoco puede hacerlo la fortuna de la corona inglesa. Así es que se sabe que Meghan Markle suele sufrir migrañas verdaderamente debilitantes. En algunos casos, han llegado a ser tan fuertes hasta obligarla a ser hospitalizada.
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La duquesa de Sussex suele recurrir a la acupuntura y la medicina oriental para mejorar su calidad de vida. Y al igual que su esposa, el príncipe Harry también sufre migrañas. En 2013 sufrió un episodio muy grave en el polo sur y varios médicos tuvieron montar una tienda para poder atenderlo sobre la marcha. La situación tuvo momentos de tensión porque se trataba de uno de los herederos de la corona.
No son pocos los que dicen que los problemas de salud del príncipe Harry son de índole mental. El joven ha sufrido, a lo largo de su vida, muchos momentos traumáticos como fue la trágica muerte de su madre Lady Di. A su regreso de Afganistán, en 2013, dijo haber "oscilado entre periodos de apatía extrema y ataques de pánico aterradores".