Un hombre descubre que ha estado llorando durante meses, sin siquiera notarlo. Sus lágrimas, en vez de correr por su rostro, se acumulan en sus pies como una cascada que brota desde dentro. No grita, no se desahoga: permanece serio, atrapado en un cuerpo que se vuelve incómodo y pesado.

Esa es la premisa de "La cascada", cortometraje de Pablo Delgado que, tras un recorrido por festivales internacionales, fue nominado al Ariel 2025 en la categortía de Mejor documental de ficción.

La cinta es un poco el complemento de "Mi piel oculta", otro documental que Delgado codirigió junto a su madre, y que recogía las experiencias corporales de un grupo de mujeres que dialogan con sus cuerpos; ahora, este nuevo proyecto plantea una paradoja: los hombres no saben hacerlo.

“Ese proyecto feminista sobre la memoria corporal influyó mucho en La cascada, porque ahí se hablaba de masculinidad y machismo. Me dio risa cuando alguien decía que los hombres daban ternura pero también rechazo, y pensé: claro, somos bichos raros. Por eso quise que el personaje cargara con los clichés de un hombre de antaño y que la casa reflejara lo viejo de ese sistema patriarcal familiar”, explica el director en entrevista.

La película se presenta como una comedia amarga en la que la risa se congela ante la compasión por ese “oso triste” que lucha contra un llanto invisible.

En pantalla, Daniel Haddad interpreta a un personaje que combina corpulencia con ternura.

“Desde que lo conocí, Daniel emanaba presencia física, pero también ternura y seriedad. Es un monstruo de actor y carga el corto en su espalda”, dice Delgado.

El tema central es la masculinidad contenida, ese mandato cultural que reprime y censura la vulnerabilidad masculina.

Para el cineasta, esta opresión se manifiesta tanto en la vida real como en la forma en que reaccionamos al verla retratada.

“Vivimos momentos muy extraños en el planeta: ya ves a los ‘chicharitos’ del mundo que de repente dicen lo que dicen. Hace algunos años el movimiento feminista estaba tomando fuerza, pero al mismo tiempo llegó esta contra, la masculinidad tóxica y el pensamiento machista que siempre ha hecho daño. Creo que los hombres tenemos que empezar a revisarnos, y si contamos con plataformas como un cortometraje, hay que ser autocríticos y mostrar lo incómodo”, relata.

La incomodidad es parte del propósito. Pablo Delgado asegura que el cine tiene la capacidad de plantear preguntas difíciles y que La cascada busca abrir conversaciones que a menudo se evitan.

“Quería hablar de la dificultad que tenemos los hombres para expresarnos, mientras que las mujeres tienen una capacidad más afable de hablarse y comprenderse. Nosotros somos como rocas”.

"La Cascada" está nominado para Cortometraje de Ficción de los Premios Ariel.

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