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La actriz Karen Espriu llega muy temprano al Teatro Centenario Coyoacán cada fin de semana porque le gusta encontrar un lugar tranquilo para comenzar a convertirse en Frida Kahlo, proceso que le toma alrededor de una hora.
“Es ir dando paso a su sentir, a sus sensaciones y pensamientos, todo mientras me pongo la ceja, me trenzo el cabello o me pongo la ropa. Pero esto también lo vive la gente porque desde que llegan al teatro es como entrar a su casa, y gracias al multimedia pueden ser testigos de cómo ella hace realidad cada paisaje o visión de sí misma”, explicó Karen.
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En Frida Kahlo, el musical: la vida de un ícono, que se encuentra en temporada en el Teatro Centenario, Karen realiza un viaje por la vida de esta artista plástica, desde su adolescencia hasta su muerte, en el cual reirán y llorarán al conocer sus vivencias y su legado.
“Me di cuenta que teníamos muchas cosas en común, sobre todo en el aspecto de hacer catarsis del dolor en el arte. Ha sido una bonita experiencia conocerla a fondo”, explicó Espriu.
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Esta nueva visión sobre la vida de Frida Kahlo fue posible gracias al trabajo en equipo de Gerardo Quiroz y Samantha Salgado en la dramaturgia y Karen realizando la música, lo que hizo mucho más personal esta obra para la actriz.
“Las canciones de toda la obra son mías, lo que hicimos fue escoger 10 cuadros de ella e investigamos qué estaba pasando en su vida cuando los estaba pintando, así se fue haciendo cada escena; de esta forma fui sintiendo lo que ella sentía”, dijo Espriu, quien como compositora incursionó en géneros como el huapango y el bolero.
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