Al cumplir 30 años, Juanpa Zurita decidió detenerse y replantear el rumbo mirando a las alturas.

En lugar de organizar una gran fiesta, optó por enfrentar su crisis de edad subiéndose a un avión monomotor sin baño, junto a un piloto al que apenas conocía, para darle “la vuelta al mundo”.

La intención, dice el influencer, era ponerse a prueba, romper la rutina y recuperar el vértigo de no tener el control.

“Siempre intentaba que todo saliera perfecto, pero en este show entendí que la vida ocurre cuando los planes se caen”, comenta Zurita a EL UNIVERSAL.

Así nació La peor vuelta al mundo, docurreality de Disney+ en el que el creador de contenido cambia los reflectores por un viaje que, más que geográfico, es personal.

Lo acompaña Matt Guthmiller, piloto estadounidense que a los 19 años obtuvo un Récord Guinness al volar solo alrededor del planeta.

El contraste en sus personalidades, coinciden, es parte del atractivo: uno obsesionado con el control y el otro con improvisar.

“En aviación todo gira en torno a seguir un plan, pero con Juanpa al lado nada salía como estaba previsto”, bromea Guthmiller.

Aprenden del vértigo

A lo largo de la travesía, marcada por tormentas, aterrizajes forzosos y momentos de incertidumbre, Zurita descubre que el caos también puede servir de brújula.

“Nos metimos en situaciones donde no sabíamos si reír o llorar, pero justo ahí estaba la magia”, comenta Juanpa.

El recorrido abarca ocho países y cuatro continentes, desde Las Vegas hasta Tokio, pasando por Islandia, Cuba, Costa Rica, Marruecos, Rumania y Vietnam.

En cada parada, Zurita pone a prueba su resistencia física y mental, y reconoce que lo que comenzó como una locura terminó siendo una experiencia transformadora.

“Entendí que la vida no siempre te lleva a donde planeas, pero casi siempre te lleva a donde necesitas estar”, reflexiona.

Cada episodio incluye la participación de distintos invitados: Lele Pons, Facundo, Jair Sánchez, Chingu Amiga, Daniel Sosa, Esen Alva, Azuara Harold y Daniel Rodrice,

Todos lo acompañan en desafíos que van desde lanzarse de la torre más alta de Estados Unidos hasta practicar sumo en Japón o recorrer desiertos en camello.

“Cuando pones a un influencer y a un piloto en un avión pequeño durante meses, algo va a salir mal. Pero eso lo hizo divertido. La vida ocurre cuando los planes se caen. Y eso está bien”, admite Matts.

Travesía introspectiva

Aunque el reality tiene adrenalina y humor, Zurita reconoce que el mayor cambio fue interno.

“Creo que tiene que ver con crecer. Mis prioridades están cambiando: ahora quiero pasar más tiempo con mis papás, con mi pareja. Antes todo era ‘¿qué sigue?’, ahora digo: ‘nada, brother”

La reflexión atraviesa toda la serie: el contraste entre el joven que perseguía la viralidad y el adulto que busca propósito.

“Las partes más gratificantes de la vida están en lo que no planeas”, resume Matt.

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