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Madrid.— Después de haber dirigido Star Trek y Star Wars, J.J. Abrams tiene algunas llamativas ideas de futuro.
Al parecer, el director de El ascenso de Skywalker, que llega a los cines este 19 de diciembre, quiere cambiar la gran pantalla por las tablas, toda vez culmine su trabajo en la franquicia galáctica.
Así lo reconoció el realizador en una entrevista con Variety.
Abrams, preguntado primero por su opinión sobre Steven Spielberg, alabó Philadelphia story: “Eso era una obra. Que haya personas hablando en una habitación es lo mejor. De hecho, En El ascenso de Skywalker, lo que más me gusta de la película, más allá de lo muy orgulloso que estoy de las secuencias que creo que son muy interesantes visualmente, son los que comparten dos personas en un espacio, enfrentándose, desafiándose, revelando cosas al otro”.
“Me encantaría dirigir una obra”, apuntó el director, al tiempo que alabó las actuaciones de su elenco.
“Para mí, los mejores efectos visuales de la película son los ojos de Daisy Ridley, o lo que consiguen John Boyega, Oscar Isaac o Adam Driver. Esos son los momentos que me parecen más conmovedores”, concluyó.
Las intenciones de Abrams parecen ser especialmente creativas, dado que el guionista y director tiene entre manos varios proyectos sobre la mesa, como la serie Contraband para HBO. Además de esto, Abrams está poniendo patas arriba el Universo Marvel con su particular versión de Spider-Man, desarrollado para la viñeta junto a su hijo Harry.
Con El ascenso de Skywalker, Abrams anticipa reacciones negativas. En especial porque el nuevo filme —que califica como la “secuela de Luke Skywalker y su hermana, la princesa Leia” — representa el final de una serie de nueve películas que comenzó hace 42 años.