Los Ángeles.— Jim Carrey es indescifrable: como un día puede desaparecer mucho tiempo de los reflectores, otro llega y critica abiertamente a quien aplaude a Will Smith luego de dar una bofetada a un colega frente a millones en los Oscar.
Más tarde, sin reparos, sorprende a todos para anunciar su retiro en la actuación.
“Es una cosa encantadora (que le inviten a actuar), pero me voy a retirar”, dijo hace unos días en entrevista a Access Hollywood, algo que fue tomado de inicio como broma.
También lee: Will Smith "acepta" y "respeta" el veto de la Academia de Hollywood
“Estoy siendo bastante serio. Bueno, depende, si los ángeles traen algún tipo de guión escrito con tinta de oro que me diga que va a ser muy importante que la gente lo vea, podría continuar pero me tomaré un descanso”.
Por eso, causa cierto asombro cuando aparece en público, en este caso para promocionar Sonic 2: La película en Los Ángeles. La escena en donde se le espera parece de verbena familiar, con decenas de niños jugando sobre una alfombra azul, comiendo helado y jugando tiro al blanco.
El rostro de Carrey es inconfundible, tras una bambalina, el hombre deja ver que físicamente ya no es el joven que conquistó al mundo con La máscara y Ace Ventura: Detective de mascotas, pero que a sus 60 años, sigue siendo ese personaje hilarante que se distingue por gestos legendarios, que ahora denotan perfecto su estatus de abuelo de un niño de 12 años, de su única hija, Jane Carrey.
También lee: El rapero Dizzee Rascal es sentenciado por golpear con la cabeza a exprometida
“Me encanta que estoy viendo a seres humanos de frente. Regresar de haberlo hecho todo virtualmente”, dice a EL UNIVERSAL, sin dejar de lado los gestos que lo caracterizan.
El actor no quiere hablar del retiro, sino presumir su nuevo filme en el que regresa como el villano Dr. Robotnik. Para él, por el momento y rodeado de niños, lo más importante es presumir su faceta como abuelo: “Películas como Sonic tienen un aspecto inocente que me gusta. A mí me encanta sentarme con mi nieto a verlas”, dice.
Fluye con los más chicos
Tan sólo unos minutos antes, el comediante le daba su lugar a una influencer, dejándose dirigir por ella, haciendo bromas a la cámara, mientras que las botargas que representan a Sonic, Tails y Knuckles, lo rodeaban.
“Recuerdo que en la primera película, al salir del cine, los niños corrían. Ahora me he vuelto una especie de villano 3.0 o un semidios. Ya que controlo el tiempo y el espacio”, dice
Tan los controla, metafóricamente, que a nadie sorprende que sus prioridades sean distintas a las de la industria, a la que critica cuando debe hacerlo.